[ No puedo vivir sin tí ]

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Al ver el rostro de Messi el estómago de Ochoa se revolvió espantosamente, una inmensa arcada invadió su garganta y corrió al baño.

La mente de Messi estaba invadida por cientos de preguntas.

¿Qué le pasó?

¿Cuándo le pasó?

¿Quién o qué se lo hizo?

¿Está bien?

¿Cómo puede jugar así?

¿Por eso estaba tan raro?


Messi volvió a la realidad cuando escuchó en el baño un débil sollozo por lo que se dirigió hacía el.

Ochoa estaba tirado en el suelo a un lado de el retrete vomitando mientras lloraba.

Messi entró al baño y vio a Ochoa de espaldas, la toalla se había desacomodado levemente y la espalda baja de el mexicano estaba expuesta dejando ver la horrible R que tenía marcada en la piel.

Ésto solo impactó más a Lio; no sabía si podía tocarlo o no, si era correcto o si pudiera ser algo contagioso. Los prejuicios trataban de invadir la mente de Messi pero su amor era mucho más fuerte que cualquier idea tonta.

Ochoa seguía vomitando de una manera grotesca; estaba semidesnudo, tenia lágrimas y mocos por toda la cara y se encontraba hincado frente al retrete.

Nada de esto le importó ni un poco a Messi solo quería protegerlo y armarlo, se acercó lentamente a Ochoa cubriéndolo con su bata de gatitos y tomando sus rizos para que pudiera vomitar mejor.

Ochoa no sabía ni comprendía que pasaba, probablemente Messi solo sintiera lastima por él pero su corazón comenzó a palpitar intensamente cuando sintió la mano de Lio golpeando levemente su espalda.

Aquella escena había pasado de ser shock y angustias, a ser una escena donde se expresaba el amor más puro e incondicional.

Ningún amante anterior trató antes de esa manera a Ochoa, no era un amor material o físico era un amor puro.

Los corazones de los dos comenzaron a aumentar su ritmo y sus pieles comenzaban a brotar un calor acogedor.

Ochoa terminó de vomitar por lo que Messi tomó un poco de papel y limpió su rostro, después lo puso de pie llevándolo al lavamanos.

Las manos de Messi recorrían suavemente la cara de Ochoa mientras lo limpiaba con algo de agua y jabón.

El argentino miró hacía un costado tratando de buscar el cepillo dental de Ochoa encontrándose con dos, uno rojo con azul y otro de Lucas la araña. Tomó el cepilló rojo con azul y le puso algo de pasta.

-Emm es.. el otro- Ochoa se secaba la cara avergonzado por la confusión

-Sos un pibe- Messi sonrió y escogió nuevamente otro cepillo

Ochoa tomó el cepillo y comenzó a cepillarse los dientes, Messi solo planeaba que diría a Ochoa para no arruinar todo.

Los dos habían vuelto a la cama y estaban sentados uno junto al otro pero sin verse entre sí, Ochoa ya traía puesta su bata que ató varias veces.

[ Mate Y Atole ] Messi × Ochoa 🧉Donde viven las historias. Descúbrelo ahora