Pequeña Marie

No Tan Diferentes...

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La atmósfera era lúgubre, sin embargo la temperatura era alta.

Se trataba de un lugar aparentemente inhóspito ya que eran ruinas de lo que solía ser una zona industrial.
Los alrededores estaban llenos de escombros y restos de materiales sumamente contaminantes.

No había nadie, nadie con vida.

En medio de todo este ambiente desastroso se encontraba un complejo industrial de fábricas y laboratorios.
Por supuesto éstas también están dañadas y en varias zonas las edificaciones están prácticamente destrozadas.

Todo esto es sólo una de las millones de zonas afectadas en el mundo, gracias a los bombardeos de la quinta guerra mundial.

Pero no todo está completamente vacío.
Una de las instalaciones apenas logró permanecer en una pieza y en ésta habitaba una persona.

Esta sala de laboratorio era un desastre, varios artefactos y dispositivos ya rotos estaban dispersos por todos lados, parece como si un tornado hubiera pasado por ahí.
Pero dentro de éste lugar estaba un hombre sentado en una esquina, vestía una bata blanca ya sucia y manchada, su cabello estaba desbaratado y despeinado, y sus ojos estaban irritados, su estado era evidentemente deplorable.

Sin embargo su actual apariencia no es más que el resultado de una catastrofe, un desmoronamiento de lo que fue alguna vez un brillante y saludable científico experto en la biología, química, geología, ingeniería e incluso la filosofía. Eso y muchas cosas más.

-"No puede ser..."
Dijo el científico con una voz apagada  y rasposa mientras observa la pantalla de un dispositivo.

En éste dispositivo se pueden observar las estadísticas de varias cosas, como el aumento crítico del nivel del mar, la deforestacion, y en un apartado muy concreto la exterminacion de la flora y la fauna.

-"La IA está lista... Ahora... Solo queda esperar..."

El hombre yacía sentado junto un escritorio con sus manos posando sobre su rostro devastado.

"Miau"

Un leve maullido resuena en la sala llamando la atención del hombre.

En un instante el aura sombrío del científico cambia por completo a tener un semblante relajado.

-"Judd..."

El gato luce idéntico a como lo conocemos.
Solo que en éste momento anda en cuatro patas.

El felino mira al humano con ojos llenos de brillo y como si nada camina hacia el hombre saltando hacia su regazo.
Acomodandose Judd empieza a ronronear fuertemente.

-"Judd... Hasta este punto... Eres un ejemplar único, raro y especial, no puedo tener un mejor consuelo. Pero ahora estamos solos... Y no nos queda mucho tiempo..."

El hombre comienza a acariciar al gato delicadamente.

Judd por su lado siente la calidez de las manos del hombre, es como si sus dedos estuvieran hechos para darle una sensación inigualable de relajación, se sentía muy muy bien.
No puede evitar cerrar sus ojos y quedarse dormido por el tacto.

El hombre y el gato se quedaron así en silemcio durante un largo rato.

Repentinamente a lo lejos se escuchó un estruendoso sonido, muy similar a un trueno en el cielo, pero no se avecinaba una tormenta, nada de eso, el humano sabe bien que eso no fue un trueno, tampoco fue en el cielo, ése estruendoso sonido se produjo en el suelo a miles de kilometros a lo lejos.