La atmósfera es tranquila y tiene un silencio que sería completamente absoluto de no ser por un reloj de pared que resuena con un ligero eco en la habitación.
Nos encontramos dentro de una habitación de paredes blancas lleno de aparatos tecnológicos de salud, pues se trata de una sala de estar en un hospital de la ciudad de inkopolis.
Dentro de esta sala se encontraba el agente 3 recostado sobre una cama como un paciente que está siendo tratado, de hecho acaba de despertar de un largo sueño solamente para mirar el techo de la habitación.
Han pasado 3 días desde que fue internado de emergencia por las heridas que tuvo por aquella batalla contra los octarianos de Judd.El pobre agente 3 no puede evitar sentirse frustrado y harto de la vida mirando el techo sin nada mas que hacer, se pregunta a sí mismo si todos esos esfuerzos y todas esas hazañas que ha hecho como agente han valido la pena.
Por poco pierde la vida, hasta ha llegado a pensar en que talvez debería de retirarse... Pero también piensa en sus compañeros que también están ahí en el escuadrón, las agentes 1, 2, 4, el capitán y la agente 8.
Después de pensar en eso suelta un suspiro profundo.Lo que no esperaba es que después de contemplar a la nada por unos minutos siente una ligera presencia muy cerca de él.
Pues grande fue su sorpresa cuando se dio cuenta de que justo a su lado sentada en un banco y con su cabeza recostada en la orilla de la cama estaba la agente 8, yaciendo ahí estaba al parecer profundamente dormida.El joven inkling se queda algo soprendido al verla ya que le hace preguntarse: ¿desde hace cuanto tiempo ha estado ella ahí recostada? ¿acaso se habrá quedado ahí hasta quedarse dormida?.
Después de contemplarla por un rato el agente 3 se da cuenta de lo afortunado que es de haberla conocido...
-Oye... Ocho... Despierta-
El joven le dice mientras acaricia su cabeza con gentileza.Lentamente y con leves quejidos la noble octoling levanta su cabeza con ojos aún muy adormilados mirandolo.
En ese instante ella se percata de su amado y se puso muy contenta a lo que se avalanza sobre él rodeandolo en un afectuoso abrazo.-John...-
La agente 8 le dice con tono de alivio.Al sentir su abrazo el inkling le respondió con un abrazo de vuelta, después de varios segundos de tenerse el uno al otro.
No hizo falta decir nada más, esa muestra de expresión habla mucho del gran alivio que ella siente al verlo consciente y sano, pues se sentía angustiada por él desde hace ya un buen rato.-ocho... Sé que ya te lo he dicho antes pero aún se siente un poco raro que me llames por mi nombre real-
El joven inkling le dice aun teniendola en sus brazos.-Me gusta tu nombre, me gusta decirlo-
La agente ocho le responde.-Lo sé, no te voy a detener, pero... Es que no me parece justo-
-¿porque?-
-porque tu puedes llamarme por mi nombre, pero yo no puedo llamarte por tu el tuyo... no conozco tu verdadero nombre-
El agente 3 le dice con un tono un tanto triste.La octoling de tentáculos rojizos simplemente le comparte una sonrisa genuina.
-No importa, no recuerdo mi nombre y aunque lo recordara siempre soy ocho, porque así es como nos conocemos.-
Esto provocó que el mismo agente 3 le devolviera la sonrisa.
No hizo falta interactuar con más palabras pues la octoling y el inkling sostenían sus manos y el ritmo cardiaco de ambos tiene una armoniosa sincronía.Sin embargo el agente 3 no puede evitar percatarse de que una vez más la agente 8 tiene un rostro que denota melancolía.
-¿Qué sucede 8?-
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Pequeña Marie
FanfictionUn día compré un plushie de Marie de Splatoon, uno de esos tan bonitos y populares que todos tenían y que aparecían en internet y que usaban para hacer memes. Pero nunca esperé que un día cobrara vida, comenzara a hablarme y a regalarme pepsi. Ahora...