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Al pasar los meses siguieron llegando chicas, Fiona se había vuelto la líder de estas.
Cada vez que llegaba una chica nueva, a esta se le decía "Novata".
Fiona y algunas chicas más construyeron más cabañas, hasta tenían una enfermería. Harriet era la segunda al mando si es que Fiona no sé encontraba.
Fiona se había vuelto también una corredora.
Los meses se convirtieron en un año, había alrededor de una docena de chicas y llegó el día de una nueva novata.
Fiona estaba con Harriet y Sonya, está última había llegado un mes después de que llegara Harriet.
Las tres muchachas estaban haciendo sus tareas diarias.
—¿Saldrás hoy al laberinto?— preguntó la rubia hacia Fiona.
—No creo, quiero estar aquí cuando llegue la novata. No olviden lo que pasó con la última que llegó —
La última novata que llegó Fiona no estaba, ya que la chica había salido al laberinto, la novata golpeó a una chica del área lo cual hizo que le rompiera la nariz.
—Si... No creo que las Docs puedan seguir parando tanta sangre— Dijo Harriet riendo.
Siguieron hablando hasta que se empezó a escuchar como el elevador traía a la nueva novata.
Todas fueron corriendo hacia el elevador y se acercaron a esperar a que Fiona llegara para sacar a la novata.
Al llegar, Fiona abrió la tapa y reja, dentro del elevador estaba la nueva novata.
Era una niña, parecía de unos 4 años, era rubia y de ojos marrón.
La pequeña estaba en un rincón asustada con sus piernas pegadas al pecho.
—Hey tranquila pequeña— le empezó a decir Fiona — No te haremos daño—
La pequeña niña rubia se levantó de dónde estaba, Fiona alzó su mano para que la niña la tomara.
—Ven, te sacaré de aquí —
La niña tomó su mano, Fiona con ayuda de Sonya subió a la pequeña a la superficie.
—Llevenla a la cabaña A y denle ropa y comida — ordenó Fiona hacia Harriet y Melissa, otra chica del área — las demás ayúdenme a subir las cajas.
Harriet y Melissa llevarán a la cabaña A a la niña, mientras que Fiona y las demás subían la comida, ropa y cosas de enfermería.
Fiona llevaba una caja de medicamentos a la enfermería.
Empezó a acomodar los medicamentos hasta que llegó Sonya.
—Fiona, debes venir. Es la niña— dijo Sonya.
—¿Que pasa con ella?— preguntó mientras dejaba lo que estaba haciendo para ponerle más atención a la rubia.
—Digamos que está algo asustada— respondió la rubia antes de tomar el brazo de Fiona y llevarla a la cabaña A.
