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A la mañana siguiente, Minho se acercó a los pozos dónde se encontraban Thomas y Fiona.
—. Nos espera un gran día. ¿Seguros no quieren quedarse?— preguntó burlón.
—. Ya Minho, sacamos de aquí — dijo Thomas.
—. Muy bien — respondió.
Minho abrió las puertas de los pozos de ambos.
Fiona salió mientras se estiraba con una mueca de dolor.
—. Dios, siento que me atropelló un camión —
Los dos chicos soltaron una risa y los tres después de comer se alistaron y salieron al laberinto.
Fiona, y talvez los otros dos chicos que la acompañaban, sentía la adrenalina subir por cada paso que corría.
—. ¡Por aquí! ¡No falta mucho para la sección central, corran!— gritaba Minho con dificultad mientras doblaban a la izquierda.
Seguian corriendo mientras trataban de regular su respiración pero era imposible si seguían corriendo.
—. Por aquí —
Dejaron de correr cuando llegaron al frente de la sección siete. El grupo de tres empezaron a caminar hacia la sección.
—. Que raro — empezó a hablar Minho.
—. ¿Que?— preguntó Fiona.
—. Se supone que la siete se abriría en una semana—
Siguieron caminando hasta llegar a unas puertas que formaban una pared pero que aún no se cerraba.
—. ¿Que es este lugar?— preguntó Thomas.
—. Lo llamamos placas — respondió Minho.
Seguian caminando en el lugar al que le decían placas.
En el camino se encontraron con una camisa, la cuál, según escuchó Fiona, era de un habitante del área.
—. Ben la traía ¿No es así?— dijo Thomas el cuál ya sabía la respuesta.
Los dos chicos estaban agachados viendo la prenda mientras que Fiona solo estaba dándoles su espacio y vigilaba con su arco.
—. Si...— respondió Minho cabizbajo —. Un penitente debió traerlo aquí — dijo haciendo que ambos chicos se levantaran y Fiona se dirigiera hacia ellos.
De la nada se empezó a escuchar un ruido extraño, provenía del tubo que encontraron en el penitente el día anterior.
Thomas volteó rápidamente a Minho y saco el tubo que yacía en la espalda de éste.
Thomas empezó a caminar lentamente a un lado y cuando el tubo dejó de sonar el retrocedió y empezó a caminar al otro lado. Era una especie brújula.
