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Ya había amanecido, todo estaban durmiendo. Thomas empezó a escuchar un ruido, cuando abrió los ojos, el ruido provenía de un cuervo el cuál buscaba entre la basura y las mochilas de los jóvenes comida.
Thomas empezó a ahuyentar al cuervo haciendo que todos se levantaran.
Winston estaba empeorando, con cada segundo que pasa se ponía pálido y sus labios se resecaban.
-. ¿Se fueron?-
-. Si, creo que estamos a salvo -
-. La última vez que dijiste eso no salió nada bien - dijo Fiona mientras se sentaba a lado de Newt y se frotaba los ojos.
Todos tomaron sus cosas y empezaron a salir del lugar, cuando salieron vieron que habían muchos edificios abandonados, la mayoría destruidos, aves buscando comida, escombros de ladrillos derrumbados y mucha basura, algunas volando gracias al viento. Parecía que la raza humana se había extinguido y que ellos eran los únicos, aparte de Cruel, que estaban vivos.
Todos siguieron caminando observando los edificios.
-. ¿Oigan que fue lo que pasó aquí?-
-. No lo sé, pero no creo que alguien haya vivido aquí hace mucho tiempo - dijo Newt.
¿Que comes? Que adivinas
Pensó Fiona.
-. Espero que el resto del mundo no esté igual- dijo Aris.
-. Alto, todos esperen- se detuvo Thomas -. ¿Oyen eso?- a lo lejos se escuchaban zumbidos de helicópteros.
Todos empezaron a ocultarse rápidamente, vieron unos helicópteros en el cielo, parecían estarlos buscando.
-. Jamás van a dejar de buscarnos-
Todos retomaron el camino, subieron una montaña. Ya en la cima, todos empezaron a respirar con dificultad ya que la subida había sido bastante complicada gracias a que la arena les dificultaba el caminar.
-. Deben ser esas montañas - señaló Thomas-. Tenemos que ir allá -
-. Están un poco lejos-
-. Más vale que empecemos -
Winston se quitó la mochila agotado y con dolor, intento apoyarse en el hombro de Fiona, quien estaba a su lado, la chica al ver lo mal que estaba cuando intento ayudarlo a estar de pie, el moreno ya había caído.
Todos se apresuraron a ayudarlo. Le armaron una camilla o eso parecía con tablas y siguieron su camino.
Hasta que se detuvieron gracias a que una tormenta se interpusiera.
El moreno yacía en el suelo, en su abdomen se tornaba un color verde, como si estuviera podrido.
Teresa y Thomas fueron a hablar un poco lejos del refugio destruido.
