Parte sin título 5

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Nina obedeció la indicación del doctor, los dos salieron al jardín estaba a punto de nublarse y empezaría a llover. Nina sabía que el doctor tenía algo muy importante que decir, algo que quizás no deseaba que Dieter, el doctor Rechwein, y los demás se enterasen. Pero qué era eso tan importante que necesitaba comunicar. El doctor Tenma miró a la chica le ofreció sentarse en la pequeña banca del jardín de su ex maestro, la joven contempló al doctor.

-Lamento lo que dijo Otto. A veces no para de hablar.

-No se preocupe, doctor Tenma. Aunque yo trataré de ser lo más justa posible.

El doctor Tenma sonrió aunque no dijo muchas palabras sobre aquello. Por un momento el hombre mayor y la chica se quedaron en silencio, Nina deseaba que el hablara primero pues no quería ser irrespetuosa, pero por otra parte el silencio estaba latente. El doctor Tenma suspiró y dijo.

-Nina. Cuando hablas de justicia te refieres a..

-Que las personas tengan las mismas oportunidades y acabar con el crimen. Es lo que siempre me ha apasionado. Usted me lo ha enseñado, doctor Tenma. Con eso de que todas las vidas son iguales.

-Y sé que lo lograras. Eres muy buena.

-Gracias doctor Tenma. Y bueno usted quería decirme algo ¿no?

-Si Nina. Emm. Creo que la honestidad también es una herramienta fundamental en la vida profesional.

-Estoy con usted.

-Por eso quiero que sepas algo. Algo que debía haberte dicho hace mucho tiempo.

-¿sí doctor Tenma? Inquirió ella.

Tenma se sentó en la mesa y le dijo juntando sus dos manos, Nina deseaba tomarle la mano pero Tenma estaba en una posición que no permitía un toque.

-Nina sé que cuando eras niña tu hermano te mintió en innumerables ocasiones.

-Sí lo hizo. Dijo ella bajando los ojos.- No quería decirme que todas esas personas que fueron amables con nosotros habían sido asesinados por él. A veces siento que se burlaba de mí. De lo inocente que era en ese entonces. En algunas ocasiones creo que Johan me odiaba.

-¿te odiaba?

-Sí. Quizás porque mi verdadera madre lo obligaba a vestirse como yo. Y bueno, una vez escuché quejarse con su amiga de que Johan nunca había llorado enfrente de ella. Ni cuando nació. Pero en realidad si lo hacía, yo lo vi llorar en muchas ocasiones.

Tenma no tenía ni idea de esto último, quiso ponerle su mano sobre la de ella, pero no era el momento, el doctor le dijo.

-Es una pena. Cuando conocí a tu madre ella también lloró por ustedes.

-¿de verdad? ¿sabe una cosa? Yo no la odio por lo que hizo. Sé que no tenía opción.

Tenma miró a Nina, era inmenso el gran corazón que tenía Nina. Quizás ni su madre ni su hermano poseían ese don tan maravilloso que ella poseía. Tal vez, por eso a la chica le hacía más fácil adaptarse a las circunstancias que vivir con el resentimiento, pero quién sabe si con esto que le iba a decir Tenma, Nina podría ser igual de comprensiva.

-Nina. Lo siento mucho, de verdad.

-¿por qué? Doctor Tenma todo esto que pasó..

-Yo también te he ocultado una parte de la verdad. Algo que necesitas saber.

Nina lo miró algo confundida, frunciendo el ceño.

-¿Qué? De qué habla.

-Nina. Creo que me enamoré de tu hermano.

Nina quedó en silencio ante aquellas palabras del doctor, luego torció la boca en una mueca bastante irónica.

-Es una broma ¿no es cierto? Doctor Tenma.

El doctor Tenma miró a la chica muy seriamente sin rodeos ni titubeos. La chica se paró de su asiento un tanto desconcertada.

-Créeme desearía que lo fuera.

-¿cómo es que pasó? Inquirió ella sin dar crédito a lo que escuchaba.

-Quisiera saberlo. Dijo Tenma. Fue en el transcurso de esas dos semanas en las que Schuwald me encomendó cuidar de él.

Por un momento, Tenma pensó que la chica hubiese querido que le diese más detalles sobre cómo es que el doctor logró enamorarse de Johan. Pero en ese momento, Nina solo entró a la casa sin decir ni una palabra, se subió al autobús y regresó a la habitación de hotel.

A la mañana siguiente, Nina había decidido darle una última visita a su hermano quien yacía inconsciente en ese hospital militar, lo había hecho a escondidas, no deseaba hablar con Tenma. Sus sentimientos a lo que le había dicho en la casa de Rechewein seguían latentes sobre todo en la parte en la que Tenma confesaba que se había enamorado de Johan. Además de que usó palabras de "enamorar" eso quería decir que de alguna manera el mellizo lo había embrujado en su encanto, lo manipuló y lo sedujo de una forma que Nina no había entendido todavía. La chica miró a su hermano quien seguía con la misma actitud tranquila, dormido, como si nada hubiese pasado. Nina lo miró con rabia.

-Nunca creí que cayeras tan bajo, hermano. Dijo Nina. -Ya lo sé todo por si lo preguntas.

El rostro del chico siguió con la misma calma de siempre. Dormido sin transmitir ni una emoción nada en su rostro.

-No me enoja que él haya caído ante ti, sino que hayas utilizado tus artimañas para hacerlo caer. Ambos sabemos qué la obsesión que tienes por el doctor Tenma es solo obsesión nunca amor. Y él cayó, de la misma forma en que todos los que te rodean, yo incluida, caen por ti. Tu destruyes el cariño, el amor, y la confianza que cualquiera podría sentir por ti. Incluso la adoración de tus seguidores la destruyes. Sé que en los sentimientos no manda nadie, Johan. Y por si te lo has preguntado, no, yo nunca amé al doctor Tenma de esa forma. Lo amo como a un padre. Que es lo que tu deberías haber hecho. Pero no, tu maldad y egoísmo no tienen límites. A veces dudo de que puedas entender los sentimientos de los demás como para decir genuinamente que amas a alguien. A veces hasta dudo de si realmente tú me querías como decías que me querías. O si solo me querías porque sentías que yo era una versión pobre de ti mismo. Un par de monstruos sin nombre ¿no? Hermanito.

Nina exhaló mientras unas lágrimas caían sobre sus ojos, su labio temblaba. Quería de alguna manera zarandear a su hermano, obligarlo a despertar. Nina miró a su mellizo convaleciente, mientras hacia su mano un puño.

-Quizás madre tuvo razón en tratarte de esa forma. Tal vez ella si te conocía realmente. Tal vez ella..

Nina se calló mientras ciertas lágrimas resbalaban sobre sus mejillas, la chica solo se sobó las lágrimas. El doctor Tenma estaba escuchando toda la conversación que la chica estaba teniendo con su hermano, el hombre mayor solo pudo refugiarse en otra habitación cuando Nina salió de ésta sollozando. Tenma la vio marchar hasta que salió del hospital, a través de la ventanilla, es que pudo ver que Johan seguía en la misma posición que antes, Tenma suspiró. Nina realmente estaba en lo cierto quizás entre Johan y él no había amor sino más bien obsesión. De alguna manera él también era participe en ella, si realmente no quisiera a Johan se hubiese mostrado indiferente con él esas dos semanas, pero la verdad es que una parte del japonés anhelaba estar con él. Tal vez, porque en el fondo los dos eran iguales dos caras de una misma moneda, tal vez porque en el fondo de una forma retorcida y macabra los dos se completaban mutuamente. Tenma meditó aquellas palabras cuando regresó al apartamento que había alquilado, el doctor se desvistió se colocó en su cama y pensó: Qué se supone que haría ahora. Tenma no podía dormir, las palabras de Nina y la presencia de Johan en el hospital seguían latentes. El doctor giró en la cama durante varias veces, pero no lograba conciliar el sueño. Llevándose la mano en su cabeza, el japonés simplemente suspiró se vistió con una camisa de color café, pantalones etc. Ahora era el momento de ir a ese hospital militar, necesitaba verlo una vez más. El doctor condujo hacia el hospital estacionó el carro. Gracias a una identificación es que pudo acceder sin problemas para ver a su paciente. Tenma simplemente abrió la puerta, pero Johan ya no estaba en la cama en su lugar estaba sobre la ventana mirando la noche con las manos hacia atrás.

Crepúsculo EternoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora