Que soy yo sin tu luz, te lo digo a ti en el ocaso de este bello día, a ti te digo mi deseo, te lo digo con sentimiento. Nada soy, nada somos si algún día no quisieses despertar. Todo lo que me rodea existe solo por ti, ignorante es el que prefiere a tu opuesto en vez de ti. Tu lucero mañanero, tu el que corre a cumplir su deber, quien camina lento en el firmamento, para todos sorprender, mi alma alegrar, y a ella acompañar. Tu sol del firmamento, si capaz eres algún día, has brillar el cielo sobre mi oscura alma, la cual esta agobiada de amarla en secreto.
Y aun tu siendo, agigantado y arrogante, no puedes reemplazar el vacío de mi alma, el que causa una persona, una igual de soberbia en su caminar, acompañada por unas cuantas estrellas igual de hermosas, igual de brillantes que la primera, mas ninguna de ellas se compara a mi amada.
Pero espera, tengo que decir algo mas, quiero anunciar la intención de esta carta, ya que desde el fondo de mi alma, y con espontaneidad te escribo estas letras, declaro estas palabras, confieso mis sentimientos, en el crepúsculo de mi mañana, para que cumplas mi deseo, sin necesitar nada mas que mi petición, me despido del día, me despido de la vida.