No me considero (o tal vez no soy) una persona desvivida, pero muchos conocen mi centro: La cruel y oscura soledad. Muchos la odian, mas yo me siento "bien" con ella sin embargo no me gusta frecuentar su compañía. Por mi forma de vivir, pensar y actuar, de ver el actuar de muchos a mi alrededor no alcanzo a comprender el pensamiento de que una persona busque en algo o en alguien lo que se puede hallar con mucha diligencia y paciencia en uno mismo: La felicidad.
Una persona un poco cercana a mi dijo: "El amor propio repara lo que otras personas rompieron" y en un proceso trillado y tedioso me gusta ser como soy, estudio cada sección de mi pensamiento analizando cada centímetro de mi ser dándome cuenta que lo que impide actuar es muchas veces el miedo al "que dirán" Pues es grato actuar sin pensar, sin temor al rechazo de la mísera sociedad, el temor de mi soledad reflejada en los demás. Y aquí yo encerrado en mi mente me desahogo a la piza y papel, remitiéndome a escribir lo que con otros no puedo decir, escribo el gran que pasaría si, lo que hubiera sido si yo fuese distinto mi imaginación fantástica en cada aspecto de mi se refleja en mis cuadernos. Con un acto de valentía me propongo a dar el siguiente paso: Iniciar la búsqueda del ser al cual dedique mis palabras frente a frente, la única con la llave de mis cadenas dentro la cárcel de mi alma, no obstante el camino es largo y por mas anhelado que esto sea demorara; Pero aquí estaré frente a mi escritorio, buscándote a ti.
