《Anna's POV》
Me desperté gracias al sonido de mi teléfono, lo tomé para contestar la llamada, aún dormida
-¿Mhhmn?
-¿Te desperté? lo siento
-¿Dominic? ¿Qué quieres?
-Yo estoy muy bien , y ¿tú? -Dijo gracioso, y me di cuenta que estaba sonriendo del otro lado de la linea
-Vamos, no estoy para bromas, ¿qué es lo que necesitas?
-¿Hoy corres?
-No lo sé, Tom no me avisó nada, así que no creo. ¿Por qué?
-Ah, emm.. ¡OYE! DEVUÉLVEME ESO MALDITA SEA. -Alejé el teléfono de mi oreja, estaba gritando fuerte
-Hey, Anna, ¿qué tal?
-Ethan, ¿hola? bien ¿y tú?
-Bien, gracias, NO ME GOLPEES GILIPOLLAS. -Gritó- QUE NO ME GOLPEES -Se escuchó un quejido -Disculpa por eso
-¿Qué es lo que está sucediendo? Sí me despertaron para ésto juro que les pateare las bolas. Y no será algo agradable
-No, no, queríamos invitarte, si no tienes nada que hacer y quieres, por supuesto, a salir con nosotros
-Y ¿a dónde iríamos?
-A algún club nocturno, ¿te parece bien?
-Ethan, ¿que día es hoy?
-¿Hoy? Domingo, ¿y eso qué?
-Exacto, no voy a ir a un club nocturno un Domingo, joder
-Ay ay, no va a clubes nocturnos los Domingos, ay chica pija- Dijo Dominic- ¡CALLATE DOMINIC!, pudo haber escuchado eso -Dijo ésto último más bajo
-Pon en altavoz- Le ordené
-Listo
-OYE TÚ MALDITO IMBÉCIL. ¿ME HARÍAS EL FAVOR DE METERTE EN TUS ASUNTOS? ¿ACASO SABES POR QUÉ NO VOY A CLUBES NOCTURNOS LOS DOMINGOS? ¿LO SABES? APUESTO A QUE NO, OTRA COSA, ¿NO TE DAN LAS NEURONAS PARA ENTENDER QUE NO SOY UNA CHICA PIJA MALDITA SEA? ¿Sabes Ethan? ya se me quitaron las ganas de salir, y no es por tú culpa, si no por culpa de el gilipollas que tienes como amigo.
-Eres un maldito imbécil Dominic, siempre la cagas - Le dijo más bajo -No Anna, al menos ¿quieres salir conmigo? tanto tiempo con Dominic me va a volver gay, además ¿no tienes alguna amiga para mí? -Nos carcajeamos
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dangerous ;
Teen FictionAmbos eran peligrosos, cada uno a su manera, drogas, prostitución, peleas clandestinas, apuestas, carreras ilegales, ellos estaban relacionados a eso. Cada uno con un propósito diferente. Además de que ninguno creía en el amor, pero de repente, sus...