《Anna's POV》
En menos de una hora es la maldita fiesta a la que debo asistir si no quiero volver a vivir con mis padres, mierda, llamarlos padres seria un eufemismo, por esa razón siempre que hablo con ellos los llamo por sus nombres de pila. Lo único que más deseo ahora, -deseo muchas cosas, por ejemplo, no asistir a esa fiesta y quitarme este vestido- es ver a Dominic vestido de lo que más odia en la vida, de lo que más repugna, vestido con su perfecto traje cual niño pijo. Me ha llamado y he escuchado varias blasfemias de su boca hablando sobre cuán incómodo es el traje, pero algo que nunca abandonaría es el narcisismo que tiene, dijo que en cuanto lo vea iba a caer desmayada de lo sexy que se veía, y no lo dudo. Luego de un arduo trabajo, me decidí por un vestido negro con un escote en V hasta arriba del ombligo, no era para nada vulgar el escote, es más, era muy delicado; mangas largas -llenas de tachuelas- y de un largo hasta los pies, en los cuales calcé unos tacones negros que, prácticamente no se ven. No soy del tipo de chicas que aman ir de compras, maquillarse o usar vestidos y tacones, pero en cuanto vi el vestido fue como amor a primera vista, ¿quién dijo que no existe el amor a primera vista? pues, esta, es una clara demostración de que si existe.
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El viaje en el auto de Dominic fue en silencio, pero no ese silencio incómodo, más bien un silencio en el cual no es necesario decir lo que sentimos porque queda más que claro con las miradas juguetonas y las sonrisas tímidas. En el momento en que ambos nos vimos, literalmente, nuestros ojos se abrieron al máximo al igual que nuestra boca, nos elogiamos, nos besamos y abrazamos hasta que decidimos que era hora de ir a la fiesta, porque llegar tarde no estaba dentro de la definición hecha por Bárbara Wilde, mi madre, no ridiculizarlos. Por supuesto lo que no podría faltar serían los saludos llenos de hipocresía por parte de Thomas y Bárbara, pude ver la sorpresa en la mirada de ambos, claro, ellos estaban totalmente acostumbrados a una chica desalineada, que vestía chándal y odiaba todo lo relacionado con el amor, y esperaban, también, algo así, en cambio, llegué de la mano de un chico, -muy sexy, cabe aclarar- y vestida como ellos nunca se hubiesen imaginado. En el momento en que mi madre me fue a abrazar, para guardar apariencias, mi cuerpo se tensó por completo, y obviamente, Dominic lo noto, por lo que le dio un suave apretón a mi mano y la acarició dulcemente con su pulgar, mi madre le tendió su mano al igual que mi padre.
-¿Que tal ...? -
-Dominic, me llamo Dominic.
-Un gusto, muchacho. -Thomas, fingió amabilidad
-Un gusto -Repitió Bárbara a lo que Dominic solo respondió con un asentimiento de cabeza
-No sabíamos que estabas en una relación -Ambos fingieron interés
-¡Vamos! Dejemos la hipocresía para otro momento, a ustedes les interesa una mierda mi vida. -Bajé el tono de voz, lo que menos quería era generar un rumor
-Anna -Advirtió Thomas
-No. Anna nada. Vamos, Dominic, vamos a buscar algo para beber. -Bárbara me tomó bruscamente del brazo a lo que yo me zafo de la misma manera dedicándole una mirada fulminante.
-No nos ridiculices emborrachándote -Escupió con furia sin dejar de sonreír
-Deja de ser tan cínica, mama -Pronuncié las últimas palabras con mucho odio y rencor, provocando que ella suelte unas maldiciones -Las maldiciones no son dignas de una dama -Me burlé mientras tiraba del brazo de Dominic y los dejaba echando humo por las orejas; una vez alejados de todos los pijos solté una sonora carcajada que fue acompañada por la de Dominic.
-¡Eso fue genial! -Exclamó él mientras me tendía su mano para chocar los cinco
-Lo sé -Sonreí con suficiencia
-Ven aquí -Me acercó a el tomándome de la cintura, coloco mis manos en su cuello, jugando con los cabellos de su nuca, las ganas que tengo en este preciso momento de besarle son demasiado grandes
-¿Puedes besarme de una maldita vez? -Dominic se carcajea en respuesta
-Lo que mi princesa deseé -Se burla acercándome más a el, si es posible, y acorta la distancia entre nosotros para besarme muy dulcemente, disfrutando de cada parte, disfrutando de la unión de nuestros labios, el juego incomprensible que están practicando nuestras lenguas, disfrutando las sensaciones que provocamos en el otro, simplemente disfrutando de nosotros. -Eres tan hermosa, Ann. -Dice muy suave haciendo que me sonroje
-Tú lo eres -Susurro cabizbaja, el toma mi mentón.
-Vamos, mírame -Lo miro -No tienes porque bajar la cabeza, eres muy hermosa, no lo digo porque seas mi novia -Remarca las últimas palabras- ¿Acaso no viste como te observaban todos los tipos pijos de ahí adentro? -Me río, iba a besarle, cuando alguien se aclara la garganta
-¿Anna? ¿Anna Wilde? Soy James, James McColley
-¿James? Joder, has crecido
-Tú también -Me coquetea y siento los músculos de Dominic tensarse, ya no estamos juntos, el está a mi espalda -Ya no eres la pequeña Ann
-James, te presento a Dominic
-No sabia que tenias un hermano- Me interrumpe, mierda, esto se va a poner feo
-No soy su hermano. Ann es mi novia -Le remarca, él abre los ojos sorprendido y se rasca la nuca con cierto nerviosismo
-Lo siento, de veras, n-no sabia
-¿Qué haces por aquí? Creí que estabas estudiando por Inglaterra -Cambio de tema, tratando de aligerar el ambiente, la tensión es tan palpable que se puede cortar con un cuchillo
-Eh-eh sí, decidí que era hora de volver, extrañaba todo éste ambiente, y a mi familia, ya sabes -Hizo un gesto de desinterés con sus manos, a lo que yo me carcajeé, el tiene prácticamente la misma relación con su familia que yo, puedo apostar que también está aquí solo para guardar apariencias, siento la mano de Dominic apretar la mía, claro que el no se ha dado cuenta.
-Bien, nosotros nos vamos, fue bueno haberte visto, James.
-Igualmente, un gusto haberte conocido, Dominic, espero nos veamos pronto. -Dominic asiente en respuesta y yo tiro de su mano para salir de ahí.
-El es-es, eh-eh, era un viejo amigo, no lo veía hace mucho, no-nosotros, e-este -Tartamudeaba como una imbécil tratando de explicarle a Dominic mi relación con James, pero soy interrumpida por sus labios, me calló de un beso, un beso posesivo que demostraba que solo me pertenecía a mí y que solo le pertenecía a él.
-No tienes porque aclararme nada, no te voy a prohibir tener amigos, solo estaba un poco, debo admitir, celoso, pero nada más, confío plenamente en ti; te amo, linda.
-Yo igual
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dangerous ;
Teen FictionAmbos eran peligrosos, cada uno a su manera, drogas, prostitución, peleas clandestinas, apuestas, carreras ilegales, ellos estaban relacionados a eso. Cada uno con un propósito diferente. Además de que ninguno creía en el amor, pero de repente, sus...