la muerte no siempre es el final, las personas suelen aferrarse a algo, o a alguien. Él se aferró a su casa, en ella guardaba mil recuerdos... hasta que llegó ella.
el talento en su voz lo llevo a una ligera obsesión, hasta que le propuso un trato e...
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• celebración•
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Narrador omnisciente.
En aquel pequeño carruaje se podía sentir el deseo que se profesaban aquellas dos almas, un deseo ferviente y latente.
Mientras beatriz guiaba a los cabellos Thomas la admiraba la gran belleza de la mujer a su lado.
"Si pudiese frenar aquel maldito trato en el que nos encerré a los dos, mi hermosa beatriz podría seguir viviendo. Maldigo la hora en que la hice firmar su muerte". Penso realmente arrepentido.
No se veían señales de muerte en beatriz, o ella era muy fuerte para hacerlas notar, pero Thomas sabía que no le quedaba mucho para seguir siendo amado por su hermosa beatriz.
Llegaron a la enorme mansión, Thomas bajo antes y la tomo en brazos mientras beatriz reía apenada.
Con Arthur jamás vivió algo así, y aunque se había enamorado de él, lo que Thomas la hacía sentir era mucho más intenso, quería vivir lo que restaba de si vida a lado de aquel misterioso fantasma que la amaba.
Entraron a la casa comos si fueran recién casados, Thomas con un traje elegante y exquisito y beatriz con aquel vestido rojo testigo de su gran éxito.
Thomas seguro de lo que pasaría la llevó directo a la gran habitación donde ya la había tomado antes.
Comenzo a besarla tierna y apasionadamente mientras sus grandes manos recorrian su cuerpo sobre la tela del vestido.
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