capitulo 8

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Narrador omnisciente

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Narrador omnisciente.

Los ensayos con Thomas eran agotadores, beatriz terminaba exhausta después de las rutinas impuestas por Thomas, sin embargo, aquellas rutinas tan inhumanas estaba rindiendo frutos para ambos, beatriz cantaba de una manera extraordinaria, mientras Thomas comenzaba a sentirse vivo de nuevo. Su apariencia ya no era la de aquel espectro blanco sino la de un moso bien parecido.

Thomas por su parte, en cada ensayo parecía fijarse más y más en la belleza de la mujer que lo acompañaba. En su mente se reproducia un solo pensamiento una y otra vez.

"Es hermosa, sus cabellos rojos color fuego, sus ojos azules que llegan al alma, su nariz perfilada, ligeramente respingada, sus delicados labios... Que invitan a ser besados, su mandíbula perfectamente afilada y su mentón partido. Su ligera sonrisa seductora y embaucadora, su cuello fino y delgado... Sus..." Antes de que aquel pensamiento llegará a más sacudía la cabeza intentando borrarlo...

—estoy cansada– susurro apenas con voz.

—puedes seguir– contesto Thomas tangente.

—ire a dormir– dijo seria y camino hacia las escaleras.

—te he dicho que siguieras– el gruñido molesto de Thomas hizo encender las chimeneas y crujir todas las maderas de la casa cuasandole un escalofrío a beatriz.

—podemos seguir mañana– dijo firme aunque por dentro moría de miedo.

Thomas con una sonrisa perversa se acercó a ella, hasta su oído, apurando el aroma de la mujer.

—huelo tu miedo– dijo en un susurro sepulcral en su oído –escucho tu corazón presa del panico– se separó y quedó frente a ella mirándola.

Y ella de manera imperturbable lo miro con aquellos ojos que podían ver a través de su alma.

—ire a descansar, ni tu ni nadie me lo impedirán, solo he de obedecerte para cantar, no para tus arranques de dominación– dijo empujándolo.

Pero Thomas al recuperar su antiguo aspecto era más fuerte que ella, decidido y sin un poco de amabilidad la tomo de los hombros y la azoto duramente contra la pared de las escaleras.

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