la muerte no siempre es el final, las personas suelen aferrarse a algo, o a alguien. Él se aferró a su casa, en ella guardaba mil recuerdos... hasta que llegó ella.
el talento en su voz lo llevo a una ligera obsesión, hasta que le propuso un trato e...
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• posesión •
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Narrador omnisciente.
Había pasado un mes desde que beatriz llegó a la finca, pasaba los días ensayando para que su voz fuera cada vez mejor.
Cantaba sin saber que era observada por el alma errante de Thomas. Quien a veces la miraba desde un rincón oscuro o como el lindo gato negro acostado sobre el piano.
En la mente de Thomas veía una fuente para seguir haciendo lo que más amaba... Cantar y tocar.
Comenzó con ligeros toques a beatriz, aplastaba su estómago con fuerza haciendo que llegara a notas aún más altas de las que llegaba. Alzaba su mentón para una mejor percepción del sonido. Cuidaba de su postura siempre que ella ensayaba.
Beatriz entonces comenzó a preguntarse dónde estaba aquel gatito negro de ojos azules que había comenzado a acompañarla.
Con forme más sentía el toque de unas manos sobre ella, se aterraba más, pero al darse cuenta que esas manos la hacían cantar aún mejor, hacia a un lado su miedo.
Una de las tantas noches en las que quedaba cansada y con la boca seca, fue a la cocina, dónde se había parado pocas veces ya que se iba al amanecer al Oxford, el extraño gato apareció de nuevo.
-volviste- se agachó a acariciar al gato, pero este huraño le gruño -eres amargado- se sentó en una de las sillas -te entiendo- suspiro.
Thomas en ese momento se preguntó como una mujer como aquella podía entender su amargura...
Su único hijo había muerto siendo un niño y su amada esposa lo había engañado y ahora estaba muerto vagando una casa llena de tristes recuerdos para él.
-te contaré ya que no tengo con quien hablar- dijo llamando la atención de Thomas.
Ella comenzó a relatar su historia, como había odiado a su esposo para terminar amandolo, cuando bebés había perdido y el sufrimiento y alivio que le había causado la muerte de Arthur.
