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No estaba muy seguro de lo que debía hacer ahora. Había deseado tanto que Seungkwan realmente pudiera verlo y escucharlo que nunca imaginó la posibilidad de que en realidad eso pudiera suceder. Pero estaba bien, ¿no? Porque eso era lo que Chan quería desde un comienzo. Bueno, eso y poder tocarlo; pero algo así ya era tentar demasiado a su mala suerte.

—¿Puedes escucharme? —preguntó Chan incrédulo y Seungkwan no pudo evitar rodar los ojos.

—¿No es obvio?

Chan se sintió ligeramente ofendido por el tono de Seungkwan. Dio un paso hacia el humano y Soo se alejó del lugar ante las molestias.

—¿Y también puedes verme? —indagó, pero no dejó que Seungkwan respondiera algo antes de volver a hablar—. ¡Eso es tan...! —dudó un segundo—. ¡Eso es genial! Pero estoy tan enojado a la vez. ¿Por qué nunca me lo dijiste? ¡Pudimos haber sido amigos desde el comienzo! Aparte, cuando me viste por primera vez me atravesaste, así como si nada.

Seungkwan hizo un ruido de molestia cuando se puso un curita en el rasguño que le hizo Soo y después volvió su completa atención al fantasma frente a él.

—No quería que supieras que te podía ver.

—¿Sabes lo maleducado que es atravesar a alguien sin su consentimiento?

Seungkwan chasqueó su lengua y posó sus manos sobre su cadera, definitivamente cansado de escuchar a Chan.

—Escucha, me agradas, ¿si? Cuando llegué te veías tan solo que me prometí no abandonar el lugar y hacerte algo de compañía. Pero entonces comenzaste a hacer esas cosas extrañas.

—¿Qué cosas?

Seungkwan desvió la mirada y sus orejas enrojecieron.

—Ya sabes; cocinar para mi, seguirme a todos lados, cuidar a Soo cuando no estaba...

El entendimiento de las palabras tardó en llegar a Chan unos momentos.

—Lo siento. ¿Te molesté demasiado? —preguntó inseguro.

Seungkwan negó. —No es eso. Es solo que estoy demasiado estresado con mis exámenes, y de un día para otro empezaste a hablarme feo y a arrojar mis cosas por el lugar. Puedes llegar a ser muy molesto, ¿sabes?

Chan vaciló. Se sintió avergonzado de sus actos, pero, en su defensa, la teoría de que Seungkwan lo podía ver le había parecido absurda al comienzo.

—Quería llamar tu atención —admitió—. Pero tú ni siquiera sabes mi nombre.

Seungkwan lo miró, y parecía una mirada tan lastimera que Chan tuvo ganas de llorar aunque no podía. ¿Era esa la horrible sensación de la compasión ajena? Chan no estaba seguro y en definitiva tampoco estaba acostumbrado.

—¿Cómo te llamas?

—Chan —dijo de inmediato. Hacía tanto que no escuchaba su nombre que incluso sonaba extraño pronunciarlo.

—¿Chan?

Asintió con una sonrisa cuando Seungkwan lo repitió, suave y quedito, como si no quisiera que nadie más lo escuchara.

—Lee Chan —confirmó, regalándole a Seungkwan su apellido también.

—Yo soy Seungkwan —le dijo el rubio—, pero eso ya lo sabes.

—Seungkwan es un nombre bonito —se permitió decir Chan, tal y como había pensado la primera vez que lo escuchó—. Me gusta.

Seungkwan sonrió juguetonamente.

—Te diría que Chan también es un nombre bonito, pero la verdad es que no me gusta mentir.

El fantasma lo miró indignado. Ah, conque así iban a ser las cosas.

—Mira quien lo dice —bromeó Chan—; el médium que finge no poder ver fantasmas.

Las palabras llegaron a Seungkwan lentamente. No pudo evitar reprimir un puchero al escuchar a Chan. Y vaya, Chan jamás había visto algo más tierno en su vida. Se quedó embobado un segundo antes de notar que Seungkwan estaba volviendo a hablar.

—No soy un médium —protestó Seungkwan a través del puchero, y Chan realmente se estaba comenzando a cansar de ser el guerrero más fuerte y no poder tocar esos bonitos labios.

—¿No?

—No. Solo sucede que tengo el don de ver fantasmas. O algo así. Viene de mi familia, es como una maldición.

Chan juntó sus cejas ante la mención. Maldición. Vaya palabra.

—¿Dices que eso es una maldición? Oh, no, en definitiva no es una maldición. ¿Sabes lo que realmente es una maldición? —chilló irritado.

Seungkwan dudó.

—¿Los lunes?

Chan fingió que no le dio risa y ahogó su risa en su gargantas antes de hablar.

—¡Yo! Una bruja me maldijo y me convirtió en un fantasma.

El rubio pareció sorprendido. Chan volvió a desear ser capaz de apresar esas mejillas rosadas entre sus palmas y sentir el calor de la piel de Seungkwan contra las yemas de sus dedos.

—¿No eres un fantasma porque moriste?

—No —respondió Chan, pero lo pensó de nuevo unos segundos—. No creo.

Seungkwan ladeó su cabeza. Abrió la boca y tardó un poco en emitir algún sonido.

—Oh —fue lo que dijo entonces.

♡♡♡

literalmente tuve que ver casper para pensar en cómo reaccionaría un fantasma al hablar con alguien jaksjaksjs

esta segunda parte fue cortita nada más porque quería darle suspenso al capítulo y lo corté en dos para dejarles la duda ⸝⸝ʚ̴̶̷̆ ̯ʚ̴̶̷̆⸝⸝

y ya. gracias por leer ☆⌒(ゝ。∂)

ghost in the room / chankwanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora