La cosa estaba así: Boo Seungkwan provenía de una larga línea de poderosas brujas y hechiceros que se remontaba siglos atrás. Como en todo proceso evolutivo, algunos de sus familiares aún conservaban rastros de la fuerte huella mágica que habían tenido sus ancestros, sin embargo, la magia se volvía más débil con cada nueva generación que nacía en los Boo. Tal fue así que Seungkwan solo conservó una pequeña afinidad por los rastros paranormales en su alrededor. No se nombraba a sí mismo como médium, pero... sí, básicamente eso era. Al menos eso fue lo que Chan entendió de la extensa explicación que Seungkwan le dio.
—¿O sea que si me puedes ayudar a romper la maldición? —preguntó Chan.
—En teoría debería. Incluso si mi abuela te maldijo con su sangre, yo soy su linaje, así que no deberíamos tener muchos problemas.
Chan parpadeó ingenuo. ¿Entonces era sencillo? Deseó poder ser capaz de tocar a Seungkwan en ese mismo momento, una caricia o un abrazo bastaban. El destino debía estarle pagando ser un héroe en sus vidas pasadas, porque encontrarse a ese bonito rubio había sido lo mejor que le había pasado.
—Podría besarte en este momento.
Hubo un silencio ensordecedor. De pronto las orejas de Seungkwan enrojecieron un poco y Chan sintió que palidecía a pesar de que era imposible. ¿Había dicho eso en voz alta?
—¿Qué? —balbuceó Seungkwan.
—¿Qué? —repitió Chan.
—¿Qué dijiste?
Chan vaciló y desvió su mirada hasta Soo, quien estaba echado sobre el sillón mientras tomaba su sexta siesta del día.
—Yo no dije nada.
Entonces rió. Seungkwan rió, y Chan deseó poder derretirse en el piso del departamento y desaparecer de ahí. A pesar de todo, la risa de Seungkwan seguía siendo su sonido favorito, quizá era porque era el único sonido que en verdad valía la pena recordar. Amaba la risa de Seungkwan tanto como lo amaba a él.
Bueno, en realidad no amaba a Seungkwan, se recordó. Porque sería tan irónico enamorarse de la misma sangre que lo maldijo que incluso pensarlo le revolvía el estómago.
—Bueno. Quizá debería hacerme una revisión. Creo que he estado escuchando fantasmas en la habitación —bromeó Seungkwan.
—¡Oye! —se quejó Chan, haciendo un puchero y olvidando la vergüenza que antes lo envolvía.
—Estoy bromeando, Channie —Chan suspiró medio abatido—. ¿Puedes prender las velas que trajo Jeonghan?
—No me digas, ¿y formo un círculo a nuestro alrededor? —el silencio de Seungkwan fue la respuesta que necesitaba—. ¿Por qué siento que invocaremos a un demonio?
Seungkwan no lo miró.
—Porque eso haremos.
Chan sintió un escalofrío que le recorrió toda la columna.
—¡¿Qué?! —Seungkwan volvió a reír, como si Chan fuera el ser más gracioso que había conocido—. Debes estar de buen humor. ¿No te preocupa ni un poco que esto que haremos salga mal o algo así?
Seungkwan se lo pensó.
—¿A ti te preocupa?
No. A esas alturas en realidad no había nada que a Chan le preocupara demasiado. ¿Qué era peor que no poder tocar a otro ser humano?
—Un poco —mintió de cualquier manera, mientras buscaba el encendedor y las velas.
—Hmm. No lo hagas. He hecho esto antes.
Seungkwan definitivamente no había hecho eso antes, Chan lo supo desde que lo observó buscar en internet cómo romper una maldición. De cualquier modo apreció el intento de confort que le trataba de ofrecer.
—¿Cuántas velas enciendo?
—Todas.
Chan obedeció sin más. Acomodó todo y se metió dentro del círculo, esperando a que Seungkwan también entrara.
—¿No te vas a meter?
El rubio negó y Chan tuvo ganas de apretarle las mejillas hasta que se pintaran de rosado.
—Solo tú debes estar adentro. Cosas de magia y así... no lo entenderías.
Chan alzó una ceja con intriga. Estaba seguro de que Seungkwan tampoco lo entendía en su totalidad. Tuvo que observarlo un largo rato más, leyendo desde su celular y recitando palabras que parecían al azar en una lengua extraña. Tomó tanto tiempo que Chan terminó por sentarse en el piso del apartamento. Sus ojos comenzaban a pesar y de pronto tenía algo de sueño. ¿Eso era normal? Nunca había necesitado dormir siendo un fantasma, pero Soo se veía tan relajado mientras dormía que él también tuvo ganas de hacerlo. De dormir. De soñar.
...
Cuando abrió los ojos Seungkwan seguía ahí, inclinado frente a él. El fuego de las velas había desaparecido y en su lugar quedaban hileras de humo. Al menos la electricidad había regresado, porque la luz parecía estar encendida.
—¿Volvió la electricidad? –preguntó algo confundido, tratando de incorporarse un poco. Aún veía algo borroso por el reflejo de la luz.
Los ojos de Seungkwan se mantuvieron sobre él, y Chan se sintió como esa primera vez en la que pensó que Seungkwan lo estaba mirando.
—Pensé que te había matado.
Chan parpadeó lento.
—¿Qué?
—Pensé que algo realmente había salido mal —balbuceó Seungkwan con la voz un poco extraña. Oh. Chan lo notó después de unos segundos, justo cuando su vista se aclaró. Seungkwan estaba llorando—. Tú solo cerraste los ojos y no volviste a abrirlos hasta que...
Chan logró que Seungkwan dejara de hablar cuando alzó su mano solo un poco, lo suficiente como para tocar su mejillas y limpiar una lagrima que caía con lentitud. Mantuvo su palma firme contra la piel hirviendo. Y lo sintió. Chan realmente podía tocar a Seungkwan, sentir su piel suave y no simplemente atravesarlo. Sus ojos viajaron de su mano hasta el rostro de Seungkwan una y otra vez. El rubio parecía tan sorprendido como él, y con justa razón. Chan incluso estaba más asombrado de que hubiera salido bien un hechizo del internet que de volver a ser una persona.
—¿Funcionó? —preguntó, cómo si aún no lo creyera.
Seungkwan se abalanzó contra él.
—¡Funcionó!
♡♡♡
el amigo d chan del capítulo pasado era wonu 𖠌
obviamente todo lo que hizo seungkwan me lo inventé porque no sé sacar maldiciones, ahora el internet cree q hago rituales jaksjaksja
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ghost in the room / chankwan
Fanfiction⚘ Ser un fantasma no estaba tan mal; al menos no lo estaba hasta que Seungkwan apareció y Chan simplemente no pudo tocarlo. ♡ [Chankwan; Chan + Seungkwan] ☆ Seventeen ☆ abril - junio, 2023