El musico que no quiso cantar (Fanfic Oshi no Ko)

Capítulo 5: Y ahora son tres

A decir verdad nunca pensé que Ichigo al fin tendría razón, pero aquí estoy, viendo como b-komachi se mantenía a flote, no eran el grupo más popular o más talentoso, pero tenían un público fiel que las apoyaba y les permitía seguir adelante, y con todo lo que he visto en estos años realmente es un triunfo. Mi relación con Ai también empezó a fortalecerse, al principio solo venía a mi estudio a agradecerme por componer sus canciones o para pedirme consejos sobre la industria, pero poco a poco empezamos a abrirnos más, teníamos conversaciones sobre nuestros intereses, nuestros sueños y en general sobre la vida lejos del escenario, era lindo poder conversar con ella como "personas normales" su sonrisa y simpatía eran contagiosas, lograba levantarle el ánimo a todos los que trabajaban con ella y yo no era la excepción, incluso había días que solo iba a trabajar para hablar con ella aunque solo fuera unos minutos, ella sin duda era la estrella que estábamos esperando.

Pero todo buen plato de sopa tiene una mosca que lo arruina, o en este caso dos pequeñas larvas.

De un día para otro Ai empezó a actuar de manera rara, ella a pesar de mantener su sonrisa y actitud positiva empezó a pasar menos tiempo en el trabajo, ella solo venía a realizar lo mínimo y necesario para después marcharse, a veces incluso sin despedirse de nadie; igualmente ella prefería no aparecer en las entrevistas o ruedas de prensa a menos que fuera absolutamente necesario, no sabía que estaba pasando, pero intuía que no podía ser nada bueno. Una mañana temprano me dirigí al edificio de Strawberry Productions como de costumbre, era una mañana lluviosa por lo cual el lugar se encontraba muy tranquilo, todas las actividades relacionadas con los idols estaban pausadas hasta que pasara la tormenta, era ciertamente relajante, ojala lloviera más seguido. Cuando entré a mi estudio vi a Ai sentada en mi silla y tocando unos pequeños tambores, ella no sabía cómo hacerlo correctamente solo los golpeaba sin ningún sentido del ritmo.

Yo me acerque a ella y hable con la voz más reconfortante que pude.

- ¿Todo bien?

Ella se sorprendió un poco con mi presencia, pero rápidamente se levantó y dejo los tambores en la mesa antes de responderme con una sonrisa radiante en su cara.

-Todo está perfecto señor Bit, solo quería practicar un poco mis habilidades musicales, con esta lluvia no tengo mucho que hacer, lamento no haberle avisado.

Su respuesta solo me dejo más confundido, su tono de voz y sonrisa eran las mismas de siempre, pero había algo que no me convencía, algo que estaba fuera de lugar, como si ocultara algo. Mientras seguía observándola puede notar que su lenguaje corporal reflejaba cierto nerviosismo, su mirada estaba clavada en mí, algunas gotas de sudor empezaron a recorrer su rostro y sus manos intentaban ocultar su estómago el cual estaba un poco más grande que de costumbre.

- ¿Estas segura que todo está bien? Tu... tu estomago está un poco hinchado.

Al terminar de hablar una punzada recorrió mi espalda, como un insecto caminando en mí, quizás había sido demasiado directo, quizás debería haber hablado con más delicadeza, quizás debería haber usado otras palabras; ella solo movió su cabeza en negación y respondió sin inmutarse.

-Oh eso, no se alarme solo me he descuidado un poco, la comida me ayuda a controlar mi estrés, pero nada que una buena dieta no pueda reparar.

Ella siguió en su papel de idol dulce y parecía que los nervios que vi antes solo eran una actuación, tan solo me hizo una reverencia y empezó a caminar hacia la puerta de mi estudio, ese momento me tomo por sorpresa, ella solo iba a irse y fingir que todo estaba bien, que absolutamente nada la preocupaba.

-Espera Ai.

Mi voz casi era un chillido incomodo, a diferencia de ella yo no sabía cómo ocultar mis emociones, podía mentir como compositor, pero no como persona. Ella se giró y a pesar de verse algo sorprendida solo me miro con una sonrisa y esperando que continuara mi oración.

-Solo quiero que sepas que puedes confiar en mí, si algo te ocurre tienes mi apoyo, después de todo para eso están los amigos.

- ¿Amigos?

Ella respondió con una incredulidad palpable, sus ojos se cayeron y su boca se convirtió en una mueca que no sabría describir; el tiempo pareció detenerse mientras la tensión crecía más y más, los segundos parecían horas y no sabía cómo continuar con la conversación o tan siquiera que cara poner. Después de un agónico silencio ella volvió a hablar, pero ahora sin esa sonrisa reluciente, en su lugar había una mueca preocupada, una cara sonrojada y ojos llenos de preocupación, su voz reflejaba un patético intento por sonar seria, sus cuerdas vocales no mentían, esa voz era de alguien que estaba pasando por un mal momento y necesitaba ayuda.

-Le seré sincera señor Bit esto es más grave de lo que usted podría imaginar, si realmente quiere ayudarme lo espero en la oficina del señor Saito hoy en la noche, le ruego que no le diga a nadie y que aparezca cuando todos se hayan ido.

Yo no podía procesar sus palabras, solo asentí con la cabeza en señal de aprobación, nuestras miradas se cruzaron una vez más, esos pocos segundos transmitían un mensaje claro, ella confiaba en mí; cuando Ai se fue intente seguir con mi trabajo, pero no pude, esa charla había nublado mi mente y mis manos simplemente no eran capaces de reaccionar, ni siquiera podía afinar bien mi guitarra, estaba temblando como un chihuahua, no sabía porque estaba tan nervioso, yo no era el del problema yo no era el que estaba en la fila para la guillotina. Yo decidí parar y tomar algo de licor, eso ayudo un poco con mis nervios, pero tampoco quería emborracharme, si realmente era algo tan importante debía estar en mis cinco sentidos y con la mente clara y serena; mierda ella solo tiene 16 años yo soy el jodido adulto aquí no puede ser tan malo seguro es una bobería, ese tipo de pensamientos acosaban mi psique, si me ofrecí a ayudarla no podía estar tan nervioso como ella, debía demostrar porque soy alguien confiable tanto dentro como fuera de la industria.

La noche cayo y todos se fueron a casa, nadie me hizo preguntas de porque estaba en mi estudio tan tarde, era algo normal para mi ser el último en salir; solo escuchaba como los grillos empezaban a cantar, la lluvia ya había cesado y solo quedaba ese característico olor a tierra mojada colándose por mi ventana abierta, un ambiente melancólico, una noche de luna nueva, al parecer ni la luna estaba preparada para lo que estaba a punto de pasar.

Camine hacia la oficina de Ichigo, mis pasos retumbaban el lugar, en el infinito silencio solo sonaba como mis zapatos hacían temblor los azulejos del pasillo; al llegar a la puerta suspire y entre con una sonrisa forzada, no quería volver más tensa la situación con una cara incomoda.

Al entrar Ichigo estaba leyendo algunos documentos con una cara nerviosa, jamás lo había visto así de preocupado, Ai por su lado solo estaba sentada en un sofá mirando al suelo con ojos tristes, pero con una ligera sonrisa en su rostro; ella fue la primera en verme y su reacción fue simplemente saludarme con la mano y seguir en esa misma posición.

-Muy bien ya estoy aquí ¿Qué sucedió? Por favor necesito explicaciones.

Ichigo saco su cara de los documentos para responderme con un tono pasivo-agresivo.

- ¿Qué sucede? Oh nada mi querido compositor, solo que Ai acaba de tirar su carrera por la borda y la reputación de nuestra productora por un barranco.

Ai parecía que iba a responder, pero se paró en seco, solo abrió la boca para después cerrarla y volver a su posición, sin decir ni hacer nada.

-Ichigo no respondiste mi pregunta, explícame como es que la carrera de Ai está acabada ¿Una mala entrevista, una controversia, una acusación de plagio, algún crimen? Dime la razón maldita sea.

-Bit, ese error o más bien dicho errores tienen nombre y apellido... Ai está embarazada de gemelos.