El musico que no quiso cantar (Fanfic Oshi no Ko)

Capítulo 8: La familia que nunca tendré

Mi vida ha dado un vuelco completo desde aquella noche, entre tantos viajes parecía que tenía una doble identidad, o era un compositor amigable que le encantaba beber con quien pudiera o era un sujeto que cuidaba a dos niños que no eran suyos, nunca imagine acabar así, pero al final de cuentas todo lo hacía de buena gana me encantaba pasar tiempo con Ai, Ruby y Aqua eran una de las razones por las cuales esperaba el otro día, quizás la única.

Un día llegué a casa de Ai y la encontré extrañamente deprimida, veía la televisión sin ganas, los gemelos estaban dormidos y la única luz visible era la de esa pantalla plana, la cual ni siquiera tenía sonido, eran apenas las 8 de la noche, y el ambiente me hacía sentir... familiar, era como verme a mí mismo un sábado cualquiera.

Me acerque con cuidado y trate de charlar con ella.

-Hola Ai ¿Qué estás viendo?

-Es un documental sobre los gatos silvestres, son lindos.

Ella hablaba sin ganas aun sonriendo mientras fijaba sus ojos en el documental, ni siquiera parecía impórtale que yo había llegado sin avisar. Yo solo me senté a su lado y traté de no ser una molestia, ella siempre intentaba aparentar que nada la afectaba, era doloroso de ver y yo tampoco era mejor, no quería hablar con ella, no quería echarle sal a su herida.

La situación era simplemente incomoda, una niña de 17 años que trataba de ocultar sus sentimientos y un casi treintón que solo sabía tomar alcohol estaban compartiendo un sofá mientras veía una televisión que no emitía sonido alguno, lo único parecido a ruido era el sonido de nuestra respiración y las latas que yo abría para emborracharme; pero aun así me sentía extrañamente contento, no había sentido nada así desde que tenía la edad de Ai y estaba con ella... con Nayuta, mi primer y creo único amor, que recuerdos; ojala no tenerlos de nuevo. Las horas pasaron y la cerveza se acabó junto con la programación del canal, yo había bebido mucho quizás más de lo que debía mi cabeza daba vueltas y todo parecía ir más lento, como si estuviera en un sueño lucido, la televisión ya no emitía nada que no fueran una amalgama de colores y ruidos sin sentido; Ai por su lado se había quedado dormida, tan placida y tranquilamente, parecía una princesa de cuento de hadas, y como tal no quería despertarla. Yo me levanté y me dirigí a la puerta con la idea de irme mientras palabras apenas entendibles salían de mi boca.

-Linda cita Ai hay que repetirlo más seguido.

Cuando estaba a punto de irme un bombillo se encendió encima de mi cabeza y pensé algo que solo un borracho podría pensar. Tengo que despedirme de los niños no debo ser grosero.

Como pude camine de manera torpe hasta la habitación de los pequeños, rompí algunas cosas durante el camino, pero qué más da las pagare después. Al abrí la puerta una escena digna de una película hizo que mis pupilas se dilataran y mi cuerpo dejara de responder a mi ebrio cerebro.

Ambos niños estaban peleando por el celular de su madre, mientras hablaban de manera fluida y completamente entendible.

-Vamos suelta el teléfono, ya te he dicho que no puedes responder a la gente en Twitter con la cuenta de Ai- Decía Aqua de manera molesta mientras trataba de ganar el forcejeo.

-Solo le respondo a los tontos ¿eso qué tiene de malo? - Ruby dijo eso de manera tan convincente que resultaba cómico.

Entre y prendí la luz mientras hablaba aguantándome la risa por la situación tan absurda.

-Parece que los bebes más lindos del mundo también pueden hablar, es como en aquel manga isekai.

De pronto las caras de Ruby y Aqua se tornaron en extremo pánico, al parecer alguien había descubierto su gran secreto y por el comentario de Bit al parecer él había deducido la verdad; eran dos personas que habían reencarnado en los hijos de Ai, todo su teatro se cayó por una "mente maestra" que supo cuando y como atraparlos; pero esa misma "mente maestra" perdió credibilidad cuando se tropezó frente a ellos y empezó a hablar cosas sin sentido.