El deseo y la pasión pueden llevar a una consecuencia como lo es el amor.
Tres chicos dispuestos a enseñarle lo que es la pasión y el deseo
Una chica que se mantiene alejada de caer en ello
¿Qué pasara cuando se den cuanta que ya no pueden escapar...
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- Hermano tenemos que hablar - la voz alterada de Drago y su entrada a mi oficina sin tocar me hace saber que es importante
- ¿Qué pasa? - pregunto sin dejar de mirar los papeles que tengo en la mano
- ¡La vi joder! - dice con emoción como un niño pequeño sentandose rápidamente frente a mi
- ¿De qué hablas Drago? - pregunto confundido y fastidiado de que no me deje trabajar
- ¡Tadeu pon atención! - me ordena quitándome los papeles para que le ponga atención
- ¡Maldición Drago compórtate! - lo regaño con molestia
- ¡Lena! - dice haciendo que ahora si mi total atención este en él
- Habla - ordeno rápidamente
- Es malditamente hermosa hermano - dice con una sonrisa de estúpido - Los lentes son de fantasía, su rostro es glorioso de ver y que decir de ese caminar que tiene, joder que me correré aquí mismo hermano - dice con un gemido doloroso
- ¡Joder Drago guárdate tus guarradas! - digo con asco mientras Belderik ríe entrando a la oficina
- Ya cayo - dice Bel mirándome
- ¿Solo yo? - pregunta Drago y es entonces que asiento
Lena Ainsworth nos tenia en sus preciadas manos sin siquiera saberlo.
- Señor Haas - la delicada voz hace que cierre mis ojos al escucharla
- Entra Lena - digo y es entonces que se asoma solo un poco sin separarse de la puerta
- Señores - saluda con nerviosismo
- Dinos - ordeno con delicadeza
- Es hora de la comida así que quería saber si se les oficia algo mas - dice con las mejillas rojas
Y mi maldita mente me jugo en contra al imaginarme esas mismas mejillas de ese color pero por el sudor y lo caliente que se sentiría estando debajo de mi gimiendo mi nombre.
- No Lena, puedes tomar la tarde libre, pero recuerda que la junta será a las ocho en el restaurante de siempre y te necesito ahí - digo haciéndola asentir
- Lena - la detiene Drago antes de salir
- Si - dice ella tímidamente
- Ponte un vestido - pide Drago haciendo que ella baje la mirada con pena y después salga
- Ni siquiera la he tocado y ya me tiene caliente ! Maldición! - se queja Belderik dirigiéndose a el baño de mi oficina con rapidez
- ¡Controla a tu amigo! - grito con burla haciendo reír a Drago pero mi sonrisa desaparece al mirar por el gran ventanal a mis espaldas que me deja ver perfectamente a la calle