El deseo y la pasión pueden llevar a una consecuencia como lo es el amor.
Tres chicos dispuestos a enseñarle lo que es la pasión y el deseo
Una chica que se mantiene alejada de caer en ello
¿Qué pasara cuando se den cuanta que ya no pueden escapar...
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- ¿Qué opinas de este? - pregunta Bel tomando un gran dinosaurio de peluche
- Es perfecto - digo con emoción al saber para quien será ese peluche
- Creo que es todo - digo al ver que ya llevamos demasiadas cosas
- Bien entonces vamos a pagar - dice Drago tomándome por la cintura mientras Tadeu y Belderik cargan la mayoría de las cosas
Cuando llegamos a la caja no pasa desapercibido el que la cajera se les quedara viendo demasiado y eso ocasiona que mis celos surjan haciendo un comentario que jamás creí hacer.
- ¿Ya terminaste de escanear la mercancía o también quieres que los suba? - pregunto con molestia haciendo que Drago se tense a mi lado y se que Bel se esta aguantando la risa al ver la cara de la chica que me mira con los ojos muy abiertos
- Yo lo lamento - dice bajamente
Sin tomar en cuanta sus palabras saco la tarjeta de crédito que toma antes de salir de su casa, pero la mano de Drago hace que impida siquiera llegar a darle mi tarjeta a la chica.
- Drago - digo con advertencia pero sin importarle el le entrega una tarjeta negra pagando así las cosas
Sin decir nada mas tomo algunas de las bolsas y salgo con ellos siguiéndome.
- Quiero pedirles un favor - pido tranquilamente cuando finalmente nos encontramos en el Jeep de camino al orfanato después de darles la dirección
- Dinos cariño - dice Bal a mi lado
- No quiero que gasten en mi - pido mirando a Drago y Tadeu que se que serán los menos cumplidores de esto
- Sabemos que eres muy capaz he independiente para pagar tus cosas amor pero por favor déjanos al menos darnos el gusto de hacerlo una vez por ti - pide Drago girándose para mirarme seriamente
- Esta bien pero no será siempre - digo haciéndolo sonreír
Unos minutos después llegamos a el gran orfanato donde se ven y se escuchan a los niños correr en el gran jardín.
- ¡LENA! - el grito de los niños hace que ni siquiera pueda llegar a ayudar a bajar las cosas cuando ya los tengo rodeándome
- ¡Hola! ¿Cómo han estado? - pregunto con emoción mientras beso sus mejillas y acaricio sus cabellos haciéndolos reír
- ¡Te hemos extrañado mucho! - gritan haciendo que mi corazón se llene de ternura y emoción
Después de hablar con ellos pongo mi atención en mis tres chicos que me miran con una gran sonrisa mientras al mismo tiempo hablan con la madre que cuida de los niños.
- ¡Niños porque no saludan a mis amigos! - digo haciendo que los tres me miren con confusión y es entonces que me rio abiertamente cuando todos se tiran a sus brazos
