Ver a Lena así de hermosa me hacía sentir cosas que nunca había sentido con nadie, me encantaba su dulzura, su paciencia, su hermosa persona, todo en ella me encantaba y me volvía loco que estaba seguro que haría cualquier cosa por ella sin importar nada ni nadie.
- Señor Haas - la dulce voz de mi ángel hace que sonría como estúpido
- Señorita Ainsworth - digo siguiéndole el juego mientras aún reviso los planos frente a mi
- Solo para recordarle que pasa del mediodía y usted aún no desayuna - dice con reproche en su voz haciéndome sonreír
- Si bueno digamos que he estado distraído pensando en unos precios ojos marrones que me tienen loco - digo mientras guardo los planos en la carpeta
- Si bueno no deje que eso lo distraiga - dice con una pequeña risita que me encanta
- ¡Lena! - el grito de una mujer que conozco más que bien hace que me levanté de inmediato para tomar la carpeta y salir
- Aún no están listos Gabriela, te los llevaré personalmente en cuento me los entreguen - dice Lena tratando de ser cortéz
- ¡Eso dijiste en la mañana y ve la hora que es! - grita la mujer haciendo que mi buen humor se vaya por un tubo
- ¡Gabriela, absténgase de gritar en mi empresa y mucho más a mi mano derecha, si no se le han entregado los planos es porque así lo he decidido junto a los también dueños de la empresa, las cosas se hacen cuando yo o uno de mis hermanos lo diga, no cuando usted lo quiera! - levanto la voz con seriedad haciendo que ella se quede paralizada en su lugar mientras Lena me mira con sopresa
- Señor yo - dice con la voz temblorosa
- Manténgase en su lugar, usted no es más que nadie así que absténgase de ofender o tratar mal a cualquiera de esta empresa sino quiere salir por la puerta ahora mismo con sus cosas por delante - digo con molestia - Aquí están los planos así que puede retirarse - digo entregándole la carpeta
- Si señor - dice tomándola para después salir rápidamente hacia el elevador
- ¿Estás bien amor? - pregunto acercándome rápidamente a Lena
- No debiste tratarle así - dice tomándo mis manos entre las suyas
- Se lo merecía, agradece que no la corrí, si Drago o Tadeu se hubieran enterado ni siquiera hubiera llegado a decir una palabra cuando ya estaría fuera - digo atrayendola a mi
- Gracias por defenderme - dice abrazándome
- Siempre te protegeré amor - digo besando su frente - Ahora dígame porque aún no desayuna señorita Ainsworth - digo separándome para mirarla
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ETÉREO
RomanceEl deseo y la pasión pueden llevar a una consecuencia como lo es el amor. Tres chicos dispuestos a enseñarle lo que es la pasión y el deseo Una chica que se mantiene alejada de caer en ello ¿Qué pasara cuando se den cuanta que ya no pueden escapar...