8.[La de la mala suerte]¹

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; La de la mala suerte.

Vienes, me acaricias y te marchas con el sol


La cielo estaba totalmente nublado, con ganas de querer llover, aún era temprano y Daniela no había estado tranquila desde la mañana, ahora se encontraba en su departamento, había salido del trabajo con la excusa de un dolor de cabeza que no resultó ser mentira, estaba parada frente al gran ventanal que le daba vista a uno de los más grandes parques de la ciudad, con una taza de café en sus manos esperando a que su novia entrara por la puerta.

Media hora más tarde el reloj marcaba las 17: 45 p m y el timbre sonó, caminó con la taza de café aun en sus manos, si era María José, porque había tocado el timbre? Ella tenía llaves del departamento que compartían juntas pero que por motivos de trabajo la morena casi no pasaba ahí.

- Hola...- Habló la castaña trayendo de nuevo a la realidad a la morena.

María José sonrío al verla y se acercó a dejarle un beso en sus labios haciendo que Daniela olvidara todo lo que la tenía abrumada.

- Hola.- habló por fin.

Ambas entraron y la morena dejó sus cosas en la habitación y salió para ayudarle a su novia a preparar algo de comer.

Después de preparar todo y haber puesto la mesa, ambas estaban sentadas frente a la otra, el que Daniela tuviera a Maria José ahí con ella la hacía olvidar de lo que se encontraba en el exterior, pudiera tener muchos problemas pero al escuchar la risa de la chica o escucharla hablar de cualquier cosa la mantenía desconectada de todo.

- Me estás escuchando?.- la morena la mira sonriente esperando una respuesta.

- Sí...- respondió mirándola.

- A ver veamos si es cierto, que estaba diciendo?.- jaque mate.

- Ok, lo admito, no te estaba escuchando, pero tengo con que defenderme.- dijo tomando su mano por encima de la mesa.

- Te escucho entonces, veamos con lo que me sales.

- Otra vez lo hiciste? Hiciste que me desconcentrara de lo que hablabas, mi amor me pierdo en tus ojos, tu sonrisa, en ti!.- admitía.

- Ay tan linda!- se levantó de donde estaba para sentarse al lado de ella.- Sabías que te amo demasiado?.

- Me amas demasiado?.

- Más que a nada y si todavía tienes dudas...- la besa y sus manos sostienen las mejillas de Daniela.- Ya no las tengas...

- También te amo.

Terminaron de comer y lavaron sus platos, dejando limpia la pequeña cocina ambas fueron a la sala, María José se sentó en el sofá grande de tres puesto y Daniela se sentó entre sus piernas, se acomodaron bien y se pusieron a ver algo.

Daniela quería eso para siempre, lo quería todo con aquella morena que desde el primer día que sus miradas se unieron la había atrapado completamente.

Cuando la morena empezó a sentir que Daniela se estaba quedando dormida le hablo bajito para que fueran a la cama y descansar de una vez por todas, la castaña asintió y fue con ella, era viernes y eso significaba que María José pasaría con ella todo el fin de semana, como a ella le gustaba, ya que la morena trabajaba en otra ciudad y de lunes a viernes estaba fuera.

Lo que no se esperaban era que el teléfono de María José sonará en la madrugada recibiendo un mensaje que la hizo levantarse con cuidado para no despertar a la chica que aún dormía a su lado.

Maldiciendo y tomando sus cosa salió del departamento y fue directo al aeropuerto donde la esperaban para llevarla a donde tenia que ir.

Me duele solo ser tu diversión, no

ONE SHOTS CACHÉ | SEGUNDO LIBRODonde viven las historias. Descúbrelo ahora