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Palabras: 1444
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Narra Tn
Conocí a Gio en un equipo de fútbol femenino al que ambas nos unimos en el mismo año y con la misma edad, éramos las bebes del equipo. Desde el principio, nos dimos cuenta de que ambas teníamos una gran pasión por el fútbol y una gran química en el campo, la cual nos facilitaba a ambas llegar a la portería contraria.
Durante los primeros entrenamientos, Gio y yo nos acercamos y comenzamos a hablar sobre nuestras habilidades y fortalezas en el campo. Nos dimos cuenta de que podíamos complementarnos bien en el juego, ya que ambas jugábamos en la delantera y teníamos una percepción del juego muy parecida.
G: Yo siempre trato de buscar centros, no me gusta estar tanto en el centro de la delantera, prefiero el extremo y sobretodo asisitir goles-
-A mi me encanta marcar, siempre trato de marcar mínimo dos goles en cada partido-
G: Que prefieres, tiki taka o buscar huecos entre líneas y pase al hueco-
-Pase al hueco y a la carrera hasta la portería, siempre, con el tiki taka hay que tener mucha suerte dependiendo de lo defensivo que sea el equipo rival-
G: Pienso igual!-
Con el tiempo, nos volvimos más cercanas y comenzamos a hablar sobre nuestras vidas personales. Descubrimos que teníamos mucho en común, especialmente cuando se trataba de nuestros intereses fuera del campo, como la música, los viajes, las películas o los videojuegos.
Nuestra amistad se fortaleció aún más cuando comenzamos a jugar juntas en partidos importantes, como los de Champions, o los clasificatorios al mundial sub-21. A medida que el equipo avanzaba en la temporada, nos apoyábamos mutuamente en momentos de tensión, tristeza o ira y celebrábamos juntas las victorias, o cuando marcábamos un gol siempre nos poniamos a bailar.
Fuera del campo, Gio y yo nos manteníamos en contacto y hablábamos sobre nuestras metas futbolísticas, a ella le gustaría que le llamara la selección de Brasil, en cambio, yo soñaba con poder llegar a la selección absoluta y ganar un mundial o un balón de oro. Nos motivábamos mutuamente para entrenar más duro y mejorar nuestras habilidades para el próximo partido.
Con el tiempo, a ambas nos llegaron oferta de equipos muchísimo más profesionales y seguimos caminos diferentes en nuestras vidas, pero nuestra amistad continuó. Aunque ya no jugabamos juntas, seguiamos en contacto y nos apoyabamos mutuamente en el fútbol y en la vida en general.
Gio se ha convirtió en una de mis amigas más cercanas y valiosas, y estoy muy agradecida por la amistad que hemos construido a través de nuestro amor por el fútbol.
