CAPITULO 3

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—¿Cómo está?

—Ahora está durmiendo, —contestó Seojoon restregándose la nuca con la mano. —Lo metí en la ducha y limpié sus heridas, luego le di algo para el dolor.

Seokjin asintió. —¿Cuán malo es?

—Cómo te dije Seokjin, parece que haya sido arrastrado por una camioneta. Quien fuera realmente hizo un buen trabajo con él. No sé exactamente que estaba buscando Taehyung pero que no era esto. —Seojoon se veía sombrío mientras sacudía la cabeza. —Esto no está bien.

—Déjame verlo.

—No va a querer hablar contigo Seokjin. Se avergüenza de las cosas que desea.

Seokjin asintió. Había visto a mucha gente durante años que no entendía las cosas que hacían, solo sabían que las deseaban. Y por algunas personas de mente cerrada que los llamaba pervertidos, la sociedad veía mal a las personas que deseaban esas cosas.

—¿Hyungsik lo sabe? —Contra menos gente supiera lo de Taehyung, más fácil sería trabajar con el hombre. Seokjin tenía que enseñarle a no estar avergonzado de las cosas que deseaba, pero también necesitaba enseñarle con seguridad las directrices.

—Sabe que pasa algo. —Seojoon se cruzó de brazos mientras miraba atrás a la casa por encima de su hombro. —Le pedí que esperara antes de dar explicaciones. Eso es suficiente por ahora, esperará.

—Taehyung necesita ser capaz de decírselo a su hermano él mismo. Eso será un largo camino hasta que se sienta más cómodo y tenga el control de las cosas.

—No seré capaz de ocultárselo a Hyungsik mucho tiempo Seokjin. Se preocupa mucho por su hermano. Todos lo hacen. Contra más dure esto más difícil será ocultárselo a la familia.

—¿Durante cuánto tiempo ha estado pasando?

Seojoon se encogió. —No lo sé exactamente, pero diría que bastante tiempo. Tiene verdugones en su espalda, no todos son nuevos. Algunos han estado allí durante un tiempo.

Seokjin se tensó por las noticias. La noche que había pasado con Taehyung había sido hacía dos meses. Aunque había habido mucha dominación y sumisión, no había habido ningún dolor en su juego. A Seokjin le gustaba dominar a sus compañeros. No le gustaba causarles otra cosa más que placer.

—¿Dónde está?

Seojoon señaló con su pulgar por encima de su hombro. —Está en la habitación de invitados. Quería mantenerlo aquí donde podía vigilarlo. Tampoco pensé que enviarlo a la casa principal fuera una buena idea. Sus padres se asustarían si supieran que había sido abusado.

—Puedo entender eso. —Y lo hacía. Si alguna vez pusiera sus manos en el imbécil que había abusado de Taehyung, Seokjin lo destrozaría. Podía ser un hombre de dios, pero todavía era un hombre.
—Creo que será mejor por ahora si no lo sabe su familia, al menos hasta que consiga que Taehyung mantenga la cabeza recta.

Seojoon rio un poco, pero sonó triste, una risa ansiosa como si se forzara a romper la tensión. —Recto no es algo que crea que vaya a ser Taehyung.

Seokjin sonrió, pero realmente no lo sentía. Estaba preocupado por lo que Seojoon le estaba diciendo. Dependiendo de cómo había sido abusado Taehyung, Seokjin lo trataría de una forma u otra. No habían pasado más de unas horas juntos, de modo que Seokjin no tenía ni idea de en qué estaba metido Taehyung. Si realmente prefería la parte más dolorosa de las cosas entonces Seokjin le enseñaría una manera segura de tratar con ello. Si solo deseaba ser dominado, Seokjin todavía tendría que enseñarle cómo hacerlo con seguridad, pero al menos señalar lo que debía evitar.

EL CORAJE (Libro IV)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora