CAPITULO 5

204 38 6
                                    

—¿A dónde me llevas?

—Shh, —susurró Hyungsik mientras llevaba a Taehyung por el pasillo en la silla de ruedas. —Las enfermeras te escucharán.

—¿Y? —A Taehyung no le importaba quien le escuchara.

Quería saber a dónde lo llevaba Hyungsik. Estaba perfectamente feliz sentado en la cama del hospital. No necesitaba ir a ningún sitio. Bueno, quizá no estaba perfectamente feliz, pero estaba menos feliz escabulléndose del hospital. Al menos sabía dónde estaban las cosas en su dormitorio y las enfermeras se aseguraban de que nadie lo molestara. No quería irse.

—Llévame de vuelta Hyungsik. No quiero dejar el hospital.

—Esa no es una opción que tengas justo ahora hermano.

Taehyung empezó a gruñir, pero rápidamente se volvió un grito mientras la silla de ruedas de repente se paró. Taehyung se agarró a las ruedas para evitar salir volando.

—¡Llévame de vuelta! —Gritó. Seguramente las enfermeras lo escucharían y evitarían que Hyungsik se fugara con él.

—Si tienes tantas ganas de volver, hazlo por ti mismo.

Furioso por las palabras de su hermano, Taehyung se salió de la silla de ruedas y dio bandazos hacia delante. Gruñó y se agarró la nariz cuando su rostro se golpeó con metal frío, solo dándose cuenta de que estaba en el ascensor cuando escuchó la suave campanilla. Se giró deseando poder ver el rostro de Hyungsik, pero todo lo que veía era oscuridad.

—¿Por qué me estás haciendo esto?

Hyungsik suspiró y un momento después, Taehyung sintió manos guiándolo de vuelta a su silla de ruedas. Se sentó con un fuerte siseo y agarró el pasamano para quedarse en el lugar seguro.

—No estoy intentando ser cruel Taehyung, —dijo Hyungsik—. Te estás revolcando en dolor en esa habitación de hospital. Es el momento de que vuelvas a la tierra de los vivos.

—Estoy ciego Hyungsik.

—Sí, lo estás, pero no estás muerto.

Taehyung apretó sus labios cuando escuchó a Hyungsik ponerse detrás de él. Sabía que Hyungsik no lo entendía, él no estaba ciego. Podía ver a cualquiera que estuviera delante de él. Todo lo que Taehyung veía era un lóbrego futuro de pesadillas... y oscuridad. No entendía a donde lo llevaba Hyungsik. La única cosa que su hermano le diría era que estaban yendo a un lugar donde Taehyung podría conseguir ayuda. Taehyung asumió que era una institución médica y después de la discusión en el ascensor, dejó de discutir y dejó que su hermano lo metiera en la camioneta. Taehyung estaba aterrorizado, pero no iba a decírselo a Hyungsik. Su hermano exudaba poder y fuerza, y no había manera de que admitiera ninguna debilidad ante él o su familia.

—Ya casi estamos. —La voz de Hyungsik vino desde el lado izquierdo de Taehyung.

Taehyung no contestó. No estaba seguro de qué decir. Vivir en la oscuridad era incluso más terrorífico que admitir las cosas que anhelaba. Taehyung no debería estar pensando en eso justo ahora o tendría imágenes de Seokjin flotando en su mente en la oscuridad de la niebla de su mente. Esa vida se había acabado, hubiera estado bien o mal era irrelevante ahora. No había manera de que Taehyung estuviera lo bastante loco para confiar en un extraño con lo que necesitaba cuando era incapaz de verlo. Era bastante malo sufrir por sus deseos extraños, pero no sería capaz de atender sus heridas cuando acabara. Taehyung se volvió a deprimir al pensar en sus enterradas necesidades. Si pensaba que sería duro encontrar a alguien antes, sus oportunidades ahora eran cero. Taehyung sintió que la camioneta disminuía la velocidad y se preguntó si estaban en un semáforo. Su curiosidad pronto fue contestada cuando el motor se apagó. No habían viajado mucho, de modo que Taehyung sabía de hecho que esa no era ninguna instalación médica.

EL CORAJE (Libro IV)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora