Eight

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Algunos días solía ir a casa de sus padres, el chofer de la familia pasaba por él en la escuela, no le importaba que pensaran los demás, la primera vez que paso, algunos se acercaron a él el día siguiente, claro, para ser amigos, y que ellos se aprovechasen de su dinero. 

Él por supuesto no hizo caso, los ignoro y dijo. 

"No me interesa tener amigos interesados, gracias".

Ahora se encontraba yendo a casa de sus padres, su madre le había dicho que era urgente que vaya para presentarles a unos compañeros, se pregunto por que, era la primera vez que sus padres le presentarían compañeros, nunca les había interesado que otros conozcan si o si a su hijo, pero sí sucedía con gusto su madre contaba la historia. 

— Joven Elías, estamos llegando. — Dijo el chofer mirándolo, él iba detrás, mirando el grupo que tenía con todos sus compañeros de arquitectura, donde preguntaban que harían el lunes, ya que saldrían. 

— Ah, esta bien, gracias. — Elías le sonrió al hombre, unos minutos después llegaron a su hogar, bajo cuando el auto se detuvo, agarró su mochila y miro al chofer, quien se bajaba. — Muchas gracias por tu trabajo. — Hizo una leve reverencia y entro a su casa. 

Al entrar dejo sus zapatos en la entrada, siguió el pasillo hasta la sala, donde estaban sus padres sentados en un sofá gris, donde le dejaban un lugar, enfrente de ellos, del otro lado de la mesa chica, estaban un hombre mayor sentado, dos hombres más de acompañantes, supone, y una especie de niño/adolescente enano, al llegar hizo una reverencia en respeto a las visitas. 

— Señor Charles, le presento a mi hijo, Elías. Hijo, ellos son compañeros de trabajo. — Su madre le sonrió con cariño, los hombres asintieron y también hicieron una reverencia. 

A excepción del hombre llamado Charles, los demás lo miraban de arriba a abajo, era claro por que, llevaba su cabello desordenado, más de lo normal, los lentes gruesos y blanqueados de siempre, y ropa más grande que él, no literalmente, pero sabía que era por eso que lo miraban. 

— Me iré a cambiar, ma', ya vengo. — Le dijo a su madre y subió a su cuarto, dejo su mochila en su cama y se puso otra ropa, más elegante, por así decir.

No fue más que un pantalón cargo de color gris, junto a un sueter delgado de un tono azul grisáceo, acomodó su cabello y retiro sus lentes, porque realmente no los necesitaba.

Al verse al espejo, le gusto su aspecto y simplemente bajo, su madre estaba hablando con el señor Charles, no sabía de que hablaban por que desde allí no oía muy bien, pero al bajar se dio cuenta de que su madre estaba hablando de él. 

— Pero aún así mi niño es un prodigio. — Cuando llegó, sus invitados se giraron a verlo, él los miro y saludo con su mano y se sentó aun lado de su madre. — Hijo, el señor Charles quiere hablar contigo, mientras tu padre y yo estaremos en la cocina. — Dijo, tomándolo de los hombros. 

— Esta bien. — Sus padres se levantaron y fueron a la cocina, él se giro a verlos, el hombre mayor lo miraba, como intentando leerlo, el segundo, el pelinegro con lentes negros, de alguna manera le recordaba a Vin, lo miraba también fijamente pero con un rostro serio, simplemente mirándolo, el tercero, era un rubio de lentes transparentes, lo miraba con una sonrisa, divertido, luego el enano, cabellos lilas, era casi más bajo que él, lo miraba con intriga, supone, no sabría describir la mirada, tampoco se cree tanto como para decir que lo mira con odio. 

— Tu madre... me hablo un poco sobre ti. — Empezó el mayor, el asintió, simplemente escuchando. — Pero, ciertamente debo ser sincero, me gustaría tenerte en mi equipo. — Elías hizo una cara de confusión ¿Equipo? ¿El viejo estaba bien de la cabeza? — Pero, tú no estas en el departamento de moda... ¿Verdad? — La pregunta lo hizo pensar, claro que debía estar en ese, pero amaba arquitectura. 

𝐒𝐇𝐄 𝐈𝐒 𝐀 𝐇𝐄 | 𝐋𝐎𝐎𝐊𝐈𝐌𝐒Donde viven las historias. Descúbrelo ahora