Twelve

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La comodidad entre dos personas llega al punto en que no es necesario hablar para estar cómodos junto al otro, con simplemente la presencia del contrario ambos resultan estar bien.

Esa comodidad comenzaba a florecer entre ambos chicos, casi todos los estudiantes de la preparatoria Jaewon han estado ocupado por el festival de la misma.

A diferencia de dos chicos.

Elías se columpiaba vagamente mientras tenía la mirada en su celular, y Vin fumaba, tambien columpiándose algo lento.

Habían salido esos días, el plan principal siempre era ir a comprar algo para comer e ir a casa de Elías, quien tomaba mates, mientras el contrario bebia una lata de soda o cerveza.

Si bien Vin ha estado ocupado practicando para el festival (por más que presume que no necesita hacerlo), ha tenido tiempo para salir con el latino, o ha tenido tiempo para practicar.

Porque lo que más han hecho en días ha sido salir.

Hoy habían ido a comer hamburguesas, y en este momento estaban en el parque, ya era de noche, el clima era algo helado, pero no lo suficiente para temblar.

—¿Cómo te volviste tan bueno en matemáticas? O sea, ¿te obligaban a estudiar tus padres? —, pregunta Vin, algo interesado mientras le daba una mirada.

—Eh, no, siempre lo fui.

—¿Eras nerd desde primaria? —, sigue, el contrario no le da ningúna mirada, estaba atento a su juego.

—Eh, ¿si? —, responde con duda, sin darle mucha información al contrario.

Vin observa a Elías por un rato, esperando que el pelirrojo sintiera su mirada y respondiera con más información para él, pero sus respuestas eran cortas y no le molestaba ser observado fijamente.

Con un suspiro lanza el humo del cigarro, ladeando la cabeza mira el celular de Elías.

—Tengo una buena memoria, y eso me ayuda cuando me enseñan algo —, habla el pelirrojo, a lo que Vin sonrie.

—¿Ah, si? Yo tambien tengo buena memoria —, dice con orgullo, una sonrisa aparece en el rostro de Elías, una de burla.

—Sí, sí... —, asiente, continuando con su entretenimiento mientras Vin habla sobre un tema al que poca atención le da.

La charla siendo únicamente dirigida por el pelinegro es respondida por simples asentimientos de parte del pelirrojo.

El tema de su conversación cambia repentinamente una y otra vez, por lo que Elías no se esfuerza mucho en seguirle la corriente, porque sabe que de pronto pasarían de estar hablando de comida a estar hablando de Duke o algo así.

No es que le reste importancia a sus palabras (no del todo, porque a veces si lo hace), es solo que sus conversaciones cambian drásticamente.

—Oye, ¿y haras algo mañana? —, pregunta Vin dejando caer el cigarro para luego pisotearlo, así apagándolo.

—Um, ¿mañana? —, Elías suspira, mirando la hora en el teléfono—. Ire a casa de mis padres el fin de semana, mañana luego de la escuela me recogen —, responde.

El pelinegro asiente, sin más que decir se pone en pie, mientras el contrario seguía jugando.

—¿Te acompaño a casa? —, pregunta, Elías le da una mirada.

"Son las dos y algo...", pensó, recordando la hora y la oscuridad de las calles.

—Um, no, no, esta bien —, nego.

𝐒𝐇𝐄 𝐈𝐒 𝐀 𝐇𝐄 | 𝐋𝐎𝐎𝐊𝐈𝐌𝐒Donde viven las historias. Descúbrelo ahora