Vin Jin comienza a confundirse respecto a un chico. No sabe que desea de él, ¿es que acaso ese muchacho le gusta? No tiene idea, y no piensa admitir que es así.
Había creido seriamente que era una chica, pero resulto siendo un chico nerd.
Se niega...
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Vin no sabía como había llegado a su situación.
Miro al pelirrojo dormir tranquilamente en la cama, dudo en sacarle los lentes, pero tal vez sería incómodo para él dormir con ellos.
Intento recordar todas las indicaciones que su compañero de departamento le había dicho antes de irse para acompañar a Mary.
Cerrar la puerta con llave. Dejar las llaves debajo de la almohada de Elías. Asegurarse de que la puerta del baño abierta. La luz de la cocina prendida. Que la TV quede en tres porciento de volumen.
—¿Qué más era...? —, se pregunta mirando un poco la casa. Su vista se detiene en la ventana del departamento —. Eso.
Dejar la ventana abierta.
Vin le dió una última mirada al pelirrojo. Faltaba una cosa más, y esa era dejarle un vaso de agua cerca a Elías.
Dean también le había dicho que podía quedarse a dormir. Igualmente, no podría irse y dejar la puerta con llave, así que mirando un poco el sofá intento buscar la forma de hacerlo cama.
Al principio pensó en lo tonto que era que le den tantas indicaciones. Luego recordo vagamente la vez que Elías le conto que no durmió por no poder abrir la ventana.
"Si me dió aquellas indicaciones supongo que es importante".
Pensó cuando comenzo a hacer lo dicho. Termino por suspirar al hacerlo, mirando un momento al pelirrojo que descansaba en su cama. Vin parecía estar dudando sobre quedarse a dormir.
¿Qué tal si Elías no quería tenerlo allí? Se pregunto mirándolo antes de acercar su mano a retirar aquellos lentes redondos y opacos.
Apreto sus labios antes de sacar los suyos, tentado a ver con algo de atención el rostro del latino. Sus ojos pasaron por el rostro del chico, viendo con atención sus detalles faciales. Las pecas repartidas por sus mejillas, frente, barbilla, nariz, orejas, cuello. Se sorprendió al notar que también habían en sus manos.
Todo su ser plasmado en pecas, pensó con algo de asombro, admirando aquellos suaves rasgos del pelirrojo. Dentro de sus pensamientos Vin se permitió halagar al contrario, sabiendo que nadie podría llegar a saber sobre aquello.
¿Todos eran capaces de ver el atractivo de Elías? Se pregunto mientras recordaba que no había notado al cien porciento los rasgos del chico por sus gafas oscuras.
Qué envidia que todos puedan ver libremente al pelirrojo, pensó antes de suspirar, tomando sus gafas para finalmente ir hacía el sofá.
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