Hunter

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Conforme van caminando, observas el cielo para divisar la luna. Se ve hermosa y la paz que sientes es muy bonita. Recuerdas el rictus que tus amigos tenían cuando te vieron dentro de las Grutas y sientes un picor raro en el pecho, la pequeña paz ha desaparecido. Ya no eres una niña, piensas que es infantil que te duela algo asi, pero recuerdas que el dolor emocional a veces es peor que el físico.

Caminas al lado del chico pasando entre los árboles, no observas bien la apariencia de su rostro por la oscuridad de la noche. Además no tienes cabeza para nada más; solo quieres limpiarte, dormir por el cansancio y entender qué es lo que esta sucediendo. ¿De dónde salieron esas voces? ¿Quién es la sombra que te empujó a las Islas? ¿Por qué pudiste tirar el muro de las Grutas? Entres estas y más preguntas tu cabeza empieza a ponerse caliente.

-Creo que te esta dando fiebre por que desde aquí siento que se te esta elevando la temperatura.- Te dice amable el chico. -Toma...- Te pasa el suetér que tenía amarrado en la cintura. -Pontélo por favor.

-Muchas gracias.- Le contestas triste, la verdad es que si te estas congelando.

-En esta temporada el clima durante el día es cálido pero de noche se pone helado por aquí.

Observas con la poca luz que hay que el bosque al menos de esa zona de la Isla es muy bonito, los árboles son frondosos y el aire se siente muy limpio. Te percatas de que hay un árbol especial, diferente a los demás. No puedes verlo muy bien pero con la poca iluminación, te percatas de que tiene lo que parece una mesa de trabajo al lado, pero no mencionas nada.

Por fin salen de lo que es el bosque y todo es mucho más iluminado. Las voces aún no hacen acto de presencia por lo que te sientes tranquila.

-Unos cinco minutos más caminando y llegaremos a mi casa.- Por fin ves la cara del chico que te esta ayudando. Cabello de un tono rubio platino que le llega a los hombros, ojos bonitos de color magenta, una nariz pronunciada... te parece muy atractivo. También, te percatas de lo que parecen unas cicatrices en su rostro, son varias y muy pronunciadas. No te imaginas por lo que tuvo que pasar esta persona... ¿o si? Algo en él te parece familiar.

Atraviesan lo que es un camino lleno de casas, hay gente en la zona con vestimentas que no habías visto antes. Para ti, es la primera vez que veías a más gente de ese mundo conviviendo normalmente. Todo te parece nuevo: las tiendas de pócimas, librerías mágicas, vendedores con carretas llenas de lo que parecen frutas con picos, personas con apariencia de animales antropomórficos. ¡Todo parece un mundo de fantasía!

En ese momento tu estomágo interrumpe el momento agradable con un vacío que se escucha.

-¿Tienes hambre?-Pregunta. -De hecho pensaba comprar unos pulpos en tinta azul para la cena. Compraré dos para que cenemos. Terminando te acompaño a tu casa.- Te menciona. 

Se acercan a un puesto de un vendedor ambulante.

-¡Hunter, que gusto verte por acá!- Le dice el hombre. -¿Un pulpo en tinta azul como siempre?

-Esta vez serán dos.

-Ohhhh, cierto. Veo que esta acompañado de una señorita muy linda. Espero que su novia no se moleste.

-Claro que no. Esta chica estaba perdida y entonces le ayudaré para que llegue sana y salva a donde vive.

-Claro, claro. Aquí tienes. En total serán cinco caracoles.

Hunter paga y se retiran. "Oh, así que tiene novia." Piensas.

Llegan a una casa pequeña pero hogareña, parecida a la casa de Luz, hecha de ladrillos pero de color terracota, de solo un piso con la puerta marrón y un grabado en esta de lo que parece un arrendajo. 

Mi bruja dorada (Hunter x tú) The Owl HouseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora