14) Maestra [AU] [Plus]

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Enid Sinclair

Mi historial sexual junto a mi maestra de Bioquímica y Anatomía comenzó luego de aquella inesperada noche en la comodidad de su hogar, en donde, en el gran sofá negro que adornaba su sala frente a una gran pantalla, en la cual se reproducía un documental sobre el apareamiento de los animales que según me ayudaría a entender mejor el tema que se vería en el próximo parcial de la materia; Confesó su deseo de tener sexo conmigo.

Sin embargo, esa no fue la primera vez que tuvimos intimidad.

No hemos tenido en sí.

Soy una chica virgen, sin alguna experiencia en esto y aunque me encienda un poco la idea de que una mujer como Wednesday me haga suya, no me siento completamente lista.

Apenas y había dado un beso.

Mi maestra decidió esperarme, dijo que me ayudaría y guiaría en cada paso para prepararme y poder finalmente llegar al sexo con ella.

Entonces, desde aquel momento, ha sido atenta conmigo, cariñosa, dulce y tierna. Incluso nos vemos fuera de clase en ciertos lugares, tambien, de vez en cuando, se queda en mi departamento y yo en su casa.

La he besado unas cuantas veces.

Recuerdo que nuestro primer beso, y en sí, primer contacto físico más allá de lo habitual, fue en el aula de clase. Estaba vacía, solo la llenamos ella y yo. La pelinegra que en ese entonces tenía en frente no paraba de causarme dolores de cabeza gracias a los nervios que ella me hacía sentir, es como cuando te quedas a solas con la persona que te gusta, ¿Se entiende, no? Sólo que ella no me gusta, pero hacemos cosas que hacen las personas que se gustan.

El caso, para cuando nos encontrábamos en esa situación ya habíamos convivido bastante fuera del entorno universitario, conversaciones nocturnas y salidas comunes. Apodos algo tiernos y la atención por parte de la mayor nunca me faltaba, tenía en cuenta que Wednesday estaba siendo muy buena conmigo, y yo, toda una inútil, ni un abrazo podía darle a cambio. Entonces, sentía la obligación —y quizás también el deseo— de besarla, no quería que se sintiera mal por hacerla esperar tanto. Siempre me sentí mal cuando alguien me da y no recibe nada.

Entonces allí la besé. Ella tomó mis caderas y saboreó mis labios con fervor, su lengua examinó mi cavidad bucal como si nada, sorprendiéndome y dejándome aturdida sin saber cómo responder al principio gracias a qué era mi primera vez. Fue un beso francés, caliente y húmedo que termino con un piquito en mis labios.

Desde allí, Wednesday y yo buscábamos escusas para besarnos por cualquier cosa. Porque sus labios son increíblemente adictivos y me estaba acostumbrando a que fuese trivial.

En este momento, me encuentro de camino a su casa, tan nerviosa como siempre. Una vez que estoy allí toco el timbre y la pelinegra que iba a ver no se hace esperar, animandome a pasar de inmediato.

En el living, encima de la mesa que decora el juego de sala, se encuentran unas cajas de Pizza abiertas y unos platitos de KFC con al parecer, Nuggets o alitas de pollo. Unas bebidas y un Yenga los acompañan, eso sin descartar el inicio de Netflix en el televisor.

Ella tomó asiento y yo la seguí.

—He visto que te gustan los juegos de mesa— Dice, seguramente haciendo referencia a mis historias de como me la pasaba jugando Monopoly y otros juegos similares hasta la madrugada con mi familia. —Así que compré este.

Le ofrecí una pequeña sonrisa. —Eres muy amable, Wednesday.

Comimos, jugamos y finalmente, vimos una película.

La tensión sexual se tornó en el ambiente, me encontraba envuelta entre sus brazos y recibía sus caricias en los míos. Una manta nos cubría debido al frío de Bangkok, las luces estaban apagadas y una película protagonizada por Jennifer Aniston se reproducía en la pantalla. Nunca la había visto así que omito el detalle de su nombre.

Wenclair One shots [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora