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SECRETOS A LA LUZ.

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Tras la información que había encontrado junto lo que me había dicho Alexey estaba más que segura querer destruir a Nikolay, ni siquiera era capaz de volver a llamarlo padre, era un titulo que el mismo se había encargado de destruir.

‒Ya casi llegamos. –anuncio.

‒Gracias.

Repasando la información había encontrado números de antiguos socios con los que mi padre rompió lazos de formas desconocidas. Alexey, Lorenzo, Tamara, mi tío Antoni y Joseph estaban juntos en todo este plan, pero ¿desde cuándo?

‒Hace tiempo. –responde como si leyera mis pensamientos.

‒¿Qué?

‒Hace tiempo que lo sabemos, hemos localizado cargamentos, implementando alianzas con sus posibles enemigos.

‒¿Por qué se alejaron de los italianos? Hay huecos en toda esta historia.

‒Bueno, como ya sabes, hubo un tiempo en que los italianos traficaban mujeres, el antiguo Pakhan se dio cuenta de esto y no le gusto, así que rompió cualquier lazo que tuviera con ellos, incluyendo rutas de transportes, eso termino tres décadas antes de que Joseph tuviera el cargo. Cuando llego tu padre, los lugares se intercambiaron, ahora era él quien quería traficar no solo armas, sino mujeres.

‒Y esas putas que él les había prometido a sus socios éramos Tamara y yo.

‒Lamentablemente así fue. Tamara se encargo de sacarte de tu casa, inventando becas junto con viajes todo pagado.

Lo recuerdo, cuando era más joven mi obsesión por los billetes de lotería era gigante.

‒Tamara venia conmigo a que le curara las heridas después de de una sección como los cerdos le llamaban.

‒No imagino el dolor que sintió. –murmuro ahogando un sollozo.

‒Resulta que después de un tiempo Tamara se entero que ibas a casarte. –mi cara mostro una incógnita así que siguió hablando. –te siguió o al menos enviaba gente para que lo hiciera por un periodo corto, después los asesinaba para que tu padre no supiera en donde estabas.

‒Pero pero yo subía mis fotos a Instagram.

‒Me pidió que las detuviera en la red por cierto tiempo, es más sencillo de hacer de lo que parece.

‒Entonces ¿Tamara hablo con Joseph?

‒Lo hizo, créeme, estaba cabreada al saber que te puso el cuerno, después escucho su versión y ella se encargo de buscar a Carolina.

‒¡¿Soy la única que no sabía de esto?! –mascullo.

‒Era por tu seguridad, conejo. –dice dándome una sonrisa en señal de disculpa.

Lo tomo, pero me ofende.

‒Bien, ya llegamos. –dice mientras se baja del carro para abrir mi puerta.

‒No es necesario que hagas eso.

‒Pero es divertido. –se escusa.

‒Bienvenidos. –escucho decir a mis espaldas.

Lorenzo estaba en la entrada de la casa de Joseph, era sencilla y a su vez preciosa. Una casa en el bosque de pinos, el olor era increíble. Me acerco para darle un abrazo que recibe con gusto.

‒Me alegro de verlos sanos.

‒Es mutuo. –dice Alexey.

‒Pasen, Joseph esta en la cocina, estaba buscando un vino.

El Juego, Apenas ComienzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora