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Pasé a la tienda mientras observaba todo fascinada, era enorme, y aparte de vestidos de boda había ropa para cualquier evento, era increíble enserio, al rato me encontré con una Pilar concentrada en buscar un vestido perfecto para el día de su boda.
Foto para tí guapa, no pude evitar reírme al ver el susto que se llevó de que le hice la foto.
- ¡Joder Almu! -Parecía enfadada pero acabó riéndose.- Te estaba esperando para que vieras unos cuantos.
- Me lo ha contado Sergio, bueno, enseñame los vestidos. -Me cogió de la mano y me llevó hasta unos probadores gigantes.-
- Aún no me los he probado, y a algunos me gustaría que le arreglasen algunas cosas... -Cogió uno.- Me voy a probar este, ¿me esperas afuera?
Asentí con la cabeza y salí del probador, a Pilar se le veía muy ilusionada y muy contenta, supongo que son cosas del amor, dicen que es como las drogas, así que, quién sabe, alomejor empiezo a drogarme para ver qué se siente... Antes de que mi psicólogo se entere, es broma.
Mientras esperaba miré los vestidos que habían y los distintos tipos de accesorios, era todo precioso, aunque, también tendría que comprarme algo...
– Almu, este no, ¿verdad? –Se asomó Pilar con lo que viene siendo un vestido a lo princesa Sofía pero blanco.–
– No princesita. –Volvió a pasar al probador.–
– Mírate algo si quieres, yo voy a probarme otro.
– ¡Me parece bien!
Comencé a andar sin rumbo fijo por la tienda viendo vestidos de distintos colores, ninguno me llamaba la atención, menos uno rojo, ese sí que me pareció bonito.
– ¿Qué opinas de este? –Volvió a salir Pilar.– Este me gusta más sí te soy sincera.
– Te queda mejor, sí.–Este era más pegado al cuerpo, en mi opinión, mucho más bonito.– ¿Qué opinas tú de esto? –Cogí el vestido y se lo enseñe.–
– Rompe el código, pero mira a ver si hay de otro color, es muy bonito.
Ay, mierda, el código ese de vestimenta, anda que no les gusta complicar la vida, ni de rojo, ni rosa, ni verde, ni blanco y como no naranja tampoco, ya verás como hay alguien que va de alguno de esos colores.
Pero bueno, yo no podía permitirme romperlo, era la mejor amiga de la novia, y quien tenía que reírse del novio por seguramente ir con la equipación del Madrid y una pajarita.
– Pilaaar.–No contestó.– Tía, que yo me aburro aquí, que no veo nada.
– Exagerada, espérate y ahora te ayudo yo.–Estaba otra vez en el probador, esta seguro que había cogido media tienda.–
