Capítulo 1

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La brisa marina hacía que la melena de Dahlia se moviera desordenadamente, sus pies se encontraban sumergidos en el mar que parecía ser infinito. Dahlia mientras tanto observaba como su amiga se divertía con las olas y de vez en cuando recogía alguna que otra concha preciosa para más tarde hacer un collar con las que encontrará.

-¡Dahlia, entra al agua! Vas a morirte de calor - le gritó riéndose Becca tratando de esquivar las olas.

-Estoy bien, ahora mismo no me apetece mojarme, pero iré después - gritó para que la escuchara.

-Disfruta un poco del verano, solo quedan dos semanas para empezar el curso... y los exámenes, ¡venga anímate!

Antes de que Dahlia pudiera responder, una fuerte ola se llevó a Becca y desapareció de su vista. Dahlia esperó un poco hasta que se dio cuenta de que su amiga no salía del agua. Instantáneamente, empezó a buscar con la mirada la larga orilla y no veía nada.

En ese momento tuvo una sensación extraña, era similar a tener un nudo en el estómago, pero también como si fuera un estado de conmoción prolongado.

-Muy gracioso Becca...venga sal ya del agua... - le dijo con miedo a que no fuera una broma.

Al ver que Becca no salía, Dahlia se puso más nerviosa y empezó a correr hacia el interior del mar en busca de su amiga. Cogiendo aire, buceo para ver si la encontraba. Solo podía imaginarse lo peor, que se hubiera ahogado, aunque fuera metamorfa solo podía convertirse en pocos animales terrestres por el momento.

Cuando no pudo aguantar más el aire en sus pulmones salió hacia la superficie.

-¡BECCA! - chilló Dahlia mientras buscaba, dando salpicadas al agua.

Rápidamente una mano tomó la de Dahlia y la llevó hasta el fondo. Era Becca. Cuando Dahlia salió de nuevo a recuperar aire, vio que su amiga no paraba de reír.

-¡Deberías haberte visto la cara!

Su risa además del romper de las olas era lo único que se escuchaba.

-No tiene ni pizca de gracia, la próxima vez no esperes que te salve - sonrió Dahlia mientras se giraba dramáticamente.

-Venga Dahlia no te enfades - seguía riendo - era la única forma de que entraras al agua. Además, te he salvado de un golpe de calor.

-¡Estoy muy agradecida, señorita salvadora! - se rió Dahlia - que sepas que te lo devolveré...

Dahlia le salpicó con el agua y antes de que Becca pudiera contraatacar esta salió del agua corriendo mientras se reía para sus adentros.

La familia de Becca había sido muy amable al dejarla pasar el verano en su pequeña casa junto a la bahía del Quotom. Tras acabar el curso escolar, la semana de recogida fue agotadora. Los alumnos tuvieron que ayudar al profesor Riditt a meter en las jaulas a todas sus criaturas, una tarea la mar de laboriosa y en donde más de uno salió con alguna quemadura o mordisco. Dragston se limpió en un solo día, de pronto de la noche a la mañana estaba reluciente y nuevo, debido a la emoción de los duendes por despedir cuanto antes a los alumnos. Todas las instalaciones fueron clausuradas y los únicos espacios en donde los estudiantes podían esperar a sus familiares era en el gran vestíbulo o en la biblioteca por lo que aquel día esas salas dejaron su función a un lado y se convirtieron en lugares llenos de maletas y alumnos despidiéndose unos de otros.

-¡Dahlia!- gritó emocionada Becca.

Dahlia se giró, pero no la vio por ningún lado, hasta que miró al cielo al escuchar de nuevo su nombre, su amiga se había transformado en pájaro y llegó en unos segundos hasta donde estaba sentada.

El resurgir escarlata (A.L.P) #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora