Capítulo 7

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Cuando pasó la primera semana la cosa se relajó, los alumnos de primer curso lograron situarse y por fin en Dragston empezó a notarse la armonía. Al día siguiente empezaría a cumplir su castigo e intentaría acabar cuanto antes pero cuando vio la biblioteca para ver a lo que se atenía casi se cae al suelo del espanto al ver tal desorden, libros por los suelos, la cera de las velas por el suelo y en las páginas de estos, había telarañas por todos sitios y el polvo era la mayor parte del aire que se respiraba ahí dentro.

Su plan era limpiar aquella pocilga y también buscar en libros antiguos sobre la daga y la luna escarlata, si estaba en lo correcto, con aquella información podría enmendar su error, si estaba en lo incorrecto moriría intentando.

Dahlia salió de la clase de criaturas del señor Riditt, había sido bastante pesada, mucha teoría y poca práctica como solían hacer.

De pronto, un grupo de chicas empezaron a chillar de emoción y seguían algo que no logró ver, Dahlia no le dio importancia hasta que una mano le cubrió la boca y un brazo la agarró haciendo que entrase dentro de una sala. Era Edric.

-¿Se puede saber que haces? - preguntó Dahlia quitando su palma de la boca.

-Shhhh... - le mandó callar Edric mientras miraba a ambos lados para comprobar si se habían marchado.

El grupo de chicas de antes se fueron mientras chillaban de alegría y se reían.

-¿Ahora tienes fans? - cruzó los brazos Dahlia mirándolo divertida.

-No tiene gracia...

-Si que la tiene - río Dahlia.

-El primer día era soportable, pero cuando te persiguen durante toda una semana ya no lo es - dijo Edric mirando por si venía alguna de ellas.

-Pensaba que no eras un cobarde... - le chincho Dahlia cruzando los brazos - quién iba a decir que un Lennox tendría miedo de las chicas

Edric entrecerró los ojos para desafiarla con la mirada y continuó ignorando su último comentario.

-Necesito tu ayuda - le susurró de mal gusto.

-¿Cómo has dicho? -levantó las cejas y le dijo con una expresión divertida- No te he escuchado

Edric no contestó.

Dahlia sin resistirse más, salió de la sala y silbó a las chicas que buscaban a Edric por todos lados. Estas corrieron y Dahlia empezó a reír para sus adentros mientras se marchaba a la siguiente clase.

En la clase de combate, Dahlia aprendió a defenderse utilizando una gran agilidad y sus reflejos los cuales fueron aplaudidos por el resto de los presentes. En medio de su entrenamiento, vio como una de los duendes le hacía un gesto para que le acompañara.

-Señorita Russo, hoy mismo debe empezar con la librería, vendrán unos invitados muy especiales y tiene que estar todo perfecto - dijo entrelazando sus dedos alargados y puntiagudos.

-¿Quiénes son? - pregunto Dahlia.

-No puedo decir nada, son órdenes directas debemos mantener en anonimato sus identidades hasta que lo anuncie el director Mastruc.

-Entiendo, ahora mismo iré - respondió Dahlia con poca gana.

El duende se marchó a terminar sus labores y Dahlia corrió a cambiarse de ropa, lo hizo a la velocidad de la luz y en menos de diez minutos ya estaba con montones de libros polvorientos entre sus manos.

Era una tarea pesada y aburrida, además no podía irse sin haber ordenado los primeros diez apartados de armarios. Él señor Wilson, el encargado de la biblioteca, le contaba innumerables anécdotas de su juventud, aunque muchas veces se giraba para hacer comentarios a Amanda, Dahlia ya se había acostumbrado desde el año pasado a ver cómo el pobre hombre hablaba a la nada.

El resurgir escarlata (A.L.P) #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora