Capítulo 4

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Esa noche, la luz de la luna entraba por los ventanales, los grillos formaban la sintonía musical nocturna y la plácida respiración de Dahlia armonizaba junto con el silencio. Tras meses de inseguridad, esa noche, en ese momento, estaba tranquila y eso le recordaba a su otra vida como Valyos.

Sintió en la mejilla algo helador y trato de quitárselo con la mano pero la sensación continuaba. Dio varias vueltas en la cama con tal de hacer desvanecer aquel angustioso dolor pero no lo conseguía.

Cuando abrió por fin los ojos, una luz lejos de ser la luna, la despertó de un golpe y se levantó de la cama. Delante suya estaba Katia, su rostro pálido y a su alrededor una nube negra con la que conseguía formarse físicamente ante los ojos de Dahlia. Su gélida voz dijo así:

-Dahlia...no tengo mucho tiempo...ahora que estás aquí debes hacer que mi hermano te ayude y mi abuelo sabrá cómo vencer al amo... - la sombra miro a varios lados asustada - ya viene...

De pronto, la sombra se desvaneció y Dahlia que aun seguía con los ojos cerrados estaba tratando de entender todo lo que le había dicho.

Estaba demasiado cansada como para ir a avisar a los demás por tanto cayó en la acolchada cama y durmió hasta que una criada la despertó.

-Tu hermana ha venido a mi cuarto esta noche - soltó Dahlia en medio del desayuno.

Edric que estaba intentando coger una crepe y la miró incrédula.

-Y...¿Qué te ha dicho? - dijo con tristeza al recordar a su hermana. 

-Dijo que tenias que ayudarme a vencer a Demerak y... - dijo Dahlia intentando recordar - ¡ah, si! que tu abuelo sabe cómo acabar con él, por cierto, ¿Dónde está?

-Ha salido esta mañana a pasear - Edric miró su reloj extrañado - ya debería estar aquí...

De un momento a otro, un par de gritos inundaron la estancia, eran los criados. Dahlia se levantó enseguida para ver qué era lo que ocurría y vio que uno de ellos tenía sangre en las manos y que sus compañeros gritaban señalándolo.

-¡Nuestro señor, nuestro señor! - sollozaban unas. 

-Tu lo mataste... - gritó un señor.

El hombre manchado de sangre estaba inmóvil y miraba al frente sin parpadear ni un solo instante, en su rostro había una gran sonrisa pero sus ojos estaban tristes.

Dahlia corrió al exterior y vio a lo lejos un grupo de criados amontonados en círculo. Intentó colarse entre ellos hasta llegar al centro, donde Ronald yacía muerto en el suelo y con veinte puñaladas en el pecho. El arma homicida está junto a él, ensangrentada.

Estaba espantada y no podía moverse, Edric llegó y se puso junto a Dahlia. Su rostro cambió, no podía creerlo, sentía rabia y enfado. Dahlia vio como sus ojos se empezaban a poner rojos al igual que llamas y entonces empezó a andar hacia la mansión dando grandes zancadas de furia.

-¿Edric, qué vas a hacer?

-Voy a matarlo... - dijo apretando los dientes sin mirarla.

-¡Edric, no lo hagas! - Dahlia lo cogió del brazo y lo atrajo para ella - ¡No sabemos lo que ha pasado!

Soltó su agarre y siguió su paso.

-¡Vuelve aquí ahora mismo, Edric sabes bien que eso no es hacer justicia! - Dahlia corrió y se puso enfrente de él - Para.

Edric paró al fin y Dahlia pudo recobrar el aire. Sus ojos volvieron a su tono azul y su rostro se relajo al mirar los ojos de Dahlia.

Ambos llegaron adentro, el hombre cubierto de sangre seguía en el mismo lugar como si se tratase de una estatua.

-¿Qué ha pasado? - le preguntó Dahlia a aquel hombre que sonreía diabólicamente.

No recibió respuesta.

-¡Contéstame! - le gritó Dahlia con dolor.

-Veo que no has cambiado nada, pequeña niña... - seseo mirándola fijamente a los ojos.

Dahlia retrocedió varios pasos aterrada, lo reconoció enseguida, solo podía ser Demerak. Había apoderado el cuerpo de aquel hombre mediante sus infecciosas palabras que todos, incluida Dahlia sucumbían al decirlas.

-¡Te mataré! - chilló Dahlia mientras su cuerpo empezaba a formar electricidad.

-Shhh...¿Pensabas que podías siquiera acabar conmigo? ¡Tú! - soltó una sonora carcajada - Debo darte las gracias, sin tu ayuda aún estaría en ese agujero asqueroso...

-¡¿Cómo pudiste matarlo?!

Demerak ignoró aquella pregunta y continuó hablando.

-Al igual que el anciano, vuestra amiguita, Katia, también tuvo su merecido y os aseguro que disfrute por cada grito que esta dio cuando fui matando poco a poco su alma - se giró para sonreír a Edric.

Edric sin aguantar una palabra más, le disparó varias descargar de fuego y el hombre ni se inmuto, estaba siendo calcinado pero no movió un músculo tan solo su boca.

-Creía que estarías de mi lado...pero veo que eres tan inútil como los demás... - el cuerpo del hombre empezó a derretirse y oscurecerse - ahora eres mi enemiga, Dahlia Russo y ya sabes lo que les pasa a mis enemigos...

-¡Serás tú el que lo lamente! - gritó Edric desde el otro lado de la habitación.

De pronto, el criado, recobró su rostro y empezó a chillar del dolor, gritaba y gritaba, salió corriendo hasta caer muerto en las escaleras de entrada.

Los señores Lennox vieron aquel panorama sin saber qué era lo que había ocurrido. La madre de Edric tenia un pañuelo negro que cubria su rostro de la luz y su padre estaba rigido mostrando solo un pequeño tic en el ojo que indicaba lo molesto o triste que estaba.

-¡¿Qué ha pasado?! - Gritó el señor Lennox poniendo sus brazos escondidos detrás de su larga espalda.

Edric se puso rígido y serio.

Los criados seguían gritando y llorando, los señores Lennox corrieron hasta la habitación, el padre de Edric salió veloz de la habitación dirigiéndose hacia Dahlia.

-¡Es todo tu culpa, maldita Valyos! - dijo acercándose hasta ella frunciendo las cejas.

Levantó su mano dispuesto a pegarla, pero algo le detuvo.

-Papá ni se te ocurra tocarla - Edric se puso delante de Dahlia intentando evitar el golpe - Ella no tiene nada que ver, ha sido Demerak - dijo señalando a las escaleras.

Los padres quedaron atónitos, se asomaron por la barandilla y al mirar abajo pudieron observar cómo el criado se encontraba muerto en la planta baja. La señora Lennox no dejaba de murmurar maldiciones e insultos sin sentido.

-¡Señor! - gritó uno de los criados.

-¿Que ocurre ahora?

-¡Aún sigue con vida! 


El resurgir escarlata (A.L.P) #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora