Chapter 30

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¿Que estaba haciendo?

¿Pedirle una cita a Draco Malfoy?

Había hecho cosas más estúpidas, estaba seguro, pero en este momento no podía recordar cuándo.  Se sentó en la silla con un suspiro y se miró en el espejo.  No sabía nada acerca de cómo cortejar a un tipo como Draco.  ¿Pensaría él que la cita fue lo suficientemente agradable?  ¿Se daría cuenta de repente de que estaba bien estar con Harry en privado pero no en público?

“¡Bueno, mira a este chico guapo!  ¿Dónde están tus gafas?"  Deena interrumpió sus pensamientos.

“Ya no los necesito”.  Harry se encogió de hombros.

“Sin anteojos, sin cicatriz y con una linda barba de bebé… Debo decir que creo que estoy enamorado”.  Deena fingió desmayarse.

“¿Crees que puedes limpiarlo?  ¿Hacer que se vea bien?  Harry se rascó la mejilla.

"¿Llendo a algún lugar?"  bromeó Deena.

"De hecho, tengo una cita".
"Oh, cuéntamelo todo".  Dijo, envolviendo una capa alrededor de Harry.

"Bueno, hice reservas en la grande chèvre y luego conseguí entradas para el teatro".

"Oh, no suena bien".

"¿Crees?"  preguntó Harry con intención.

“Eso es tan bueno como cualquier cosa que se me ocurra.  Pero eres un verdadero partido, probablemente podrías llevarla por una hamburguesa y una pinta y ella se enamoraría de ti”.  Deena le aseguró.

"Bueno, él es muy elegante".
" Él .  Bueno, ahora Roxy me debe veinte.

"¿Qué?"

"Le apuesto la noche que nos conocimos a que tú eras..." Sacó la mano y la inclinó hacia abajo, sacudiendo la cabeza.  Harry rió y se sintió más relajado ahora que Deena había dado su aprobación a la cita.  Ella limpió su larga barba en líneas limpias y nítidas y le cortó el cabello.  Ella lo peinó al final de la cita, haciendo que su cabello usualmente desordenado se formara en rizos redondos perfectos en la parte superior de su cabeza.

"Harry", llamó Deena cuando se iba.  "Simplemente no te olvides de ser tú mismo, ¿de acuerdo?"

Él sonrió y asintió mientras cruzaba la puerta.  En la calle cogió un taxi para cruzar la ciudad.  En la tienda encontró que su traje estaba listo y se fue con él rápidamente.  Ahora solo le quedaba una parada más por hacer.

Con un chasquido se apareció en el familiar callejón y caminó por la calle.  Nadie le dirigió una segunda mirada cuando pasó.  Dentro de la panadería pidió y recogió seis tartas de calabaza.  Con todo guardado en su cartera, volvió a salir a la calle.

Harry se detuvo frente a una floristería y se preguntó si debería entrar. Las flores eran lo suficientemente tradicionales como para atraer a alguien antes de una cita, pero no sabía con certeza si a Draco le podrían gustar.  Entró, buscando una planta en lugar de flores cortadas.

“¿Tienes alguna maceta con plantas medicinales?”  Harry le preguntó al tendero, quien le señaló hacia la parte trasera de la tienda.  Regresó y encontró dos rostros familiares examinando la sección.

“Hola Luna.”  Harry sonrió.

"¡Harry!  No te noté.  Levantó sus anteojos de cristal de color rosa y los empujó hacia su cabello.

"¡Neville, mira, es Harry!"  Ella agarró al hombre a su lado que todavía estaba absorto en la planta frente a él.

"Dios, Harry, estás irreconocible".  Neville dijo finalmente mirando hacia arriba.

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