Harry se despertó tosiendo. Se frotó la cara bruscamente y gimió. Ayer había ido a trabajar con la esperanza de sentarse en su escritorio todo el día ahora, sabiendo que eso era todo lo que podía hacer, temía la idea. Se duchó y se vistió lentamente. En la cocina, Kreacher estaba preparando una bandeja de desayuno con té, miel y bollos.
"Ir por favor Kreacher". Harry tosió.
"Kreacher pensó que tal vez el Maestro trabajaría desde casa hoy, para no molestar a los demás con su tos".
“Una idea excelente.” concluyó Harry. “Por favor envíe una lechuza al departamento para avisarles que estaré en casa hoy…. De hecho, toda esta semana.
"Muy bien." Kreacher levantó la mano y envió la bandeja flotando hacia la oficina. Harry lo siguió y se sentó en el gran escritorio. Miró alrededor de la habitación, realmente había llegado. Las paredes estaban pintadas con murales suaves y se había creado una nueva zona de estar con grandes sillas tapizadas en cuero y una mesa pequeña. Frente a ellos, al otro lado de la puerta, había una estantería de esquina. En la pared contigua había un televisor y en el suelo, debajo, un tocadiscos junto a montones de discos. Harry abandonó el escritorio y rebuscó entre los vinilos hasta que encontró un compañero adecuado. La música atravesó la habitación vacía y Harry se recostó en el suelo absorbiéndola. Kreacher entregó un sobre grueso que el ministerio había enviado para que Harry lo revisara.
A medianoche, Kreacher sugirió enfáticamente que Harry se retirara de su trabajo por la noche. Fue tan absorbente que casi ignoró a Kreacher, pero entre el dolor de garganta y el dolor de cabeza, cedió.
Por la mañana, Ron entregó los materiales que Harry había solicitado el día anterior.
“Te ves como el infierno.” comentó Ron, dejando la última caja sellada.
"Estoy enfermado." Harry dijo a través de una tos.
"Pensé que simplemente no querías venir a trabajar". Ron se encogió de hombros.
“Bueno, eso también.”
"¿Arreglaste las cosas con tu médico?" Ron todavía no sabía quién era el médico de Harry. Harry solo podía imaginar el alboroto que causaría.
"No precisamente."
"¿Qué vas a hacer?"
"No estoy seguro." Harry admitió. Podía ver a Ron pensando y sabía que cualquier plan que se le ocurriera no funcionaría, así que continuó. “Por ahora seguiré revisando este caso”.
"Sí, ¿qué es todo esto?" Señaló las cajas de documentos.
"¿No te dieron el caso?" Ron negó con la cabeza. "Mejor no digo entonces Ron".
"Está bien, Harry". Ron se burló rodando los ojos mientras salía por la puerta.
Harry se hizo crujir la espalda, tosió bruscamente y abrió la caja más cercana. Cayó, con intenso interés, de nuevo por la madriguera del conejo.
De repente, los papeles que Harry estaba estudiando se quedaron en blanco. Alguien debe estar en la casa, porque los documentos encantados se redactaron para preservar la confidencialidad. Los dejó y se giró para llamar a Kreacher, pero Kreacher ya estaba allí.
El Maestro Malfoy está aquí.
"Hágalo pasar, por favor". Harry respondió después de un momento. Intentó ordenar su escritorio mientras esperaba. Malfoy se aclaró la garganta desde la puerta.
"Adelante." Harry no levantó la vista de su escritorio, sino que siguió ordenando. Escuchó a Draco entrar y esperar a que Harry terminara. Finalmente se dio por vencido y se puso de pie para enfrentarlo.
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Fiksi Penggemar"No puedes recuperar los últimos cinco años, pero puedes seguir adelante y no desperdiciar los próximos 100". Dijo suavemente. "Ni siquiera sé cómo. Siento como si debo haber estado sonámbulo". Harry abrió los ojos y se inclinó hacia delante. "...
