5

3.1K 158 38
                                    

____ Baker.

Me alejé de él, más que lista para que su boca estuviera sobre mí. No había tenido una buena ronda de sexo oral en un buen rato, así que no me vendría nada mal.

Me acomodé en la esquina del fregadero y abrí las piernas para él ampliamente. Aidan sonrió ante la vista de mi feminidad. Separé los labios de mi sexo y me expuse hasta que el aire frío tocó cada parte de ahí.

Dios, un pensamiento repentino hizo que mi corazón palpitara. Si se sentía que el Sr. Gallagher lo tenía grande, ¿Realmente encajaría en mi interior? Sin mentiras, Me gustaba una polla grande.

Era tan satisfactoria la sensación de ser estirada y llenada, que incluso, tenía un enorme vibrador al que llamaba "Sr. Rosa" Era de 30cm y me había hecho chorrear muchísimas veces, más cuando lo atascaba y tocaba mi cérvix, masturbándome profunda y duramente.

De hecho, tuve muchas horas divertidas con el Sr. Rosa,
cuando mis padres no se encontraban en casa. Pero a pesar de que era divertido, nada vencía a una polla totalmente real. Era dura, pero flexible al mismo tiempo. Además, adoraba cuando los hombres me follaban tan profundamente que podía sentir sus testículos, presionando contra mi clítoris. La manera en que su vello púbico pinchaba contra mi piel desnuda y sensitiva, que podía hacerme correr y correr...

El Sr. Gallagher hizo un ruido en su garganta.

- Que buen coño. - Murmuró.

Frotó los labios de mi sexo con sus dedos, antes de bajar su cabeza y lamer. Su lengua viajó del agujero al clítoris. Oh, Dios, lo que hizo fue enviarme un alto octanaje de lujuria a  mí.

Gemí por la bajo mientras me comía como todo un buen profesional. Sin prisas, tomándose su dulce tiempo como si estuviera saboreando una fruta prohibida.

Mordisqueó, chupó y lamió los labios de mi sexo con sus dientes, tirando de el. Estaba sacando más y más jugos de mi coño, pero no me importa. Me gustaba un poco de dolor. Su lengua se deslizaba por todas partes; sobre mi clítoris, sobre mi apertura, sobre mi interior...

Estaba delirante, el placer que me estaba brindando era simplemente espetacular. Enredé mis muslos alrededor de su cabeza y me aseguré en la esquina del fregadero con una mano.

No podía creer que su lengua llegara así de profundo, pero no iba a quejarme. Incrementó su ritmo y me dió todo lo que necesitaba, el placer estaba derramándose a través de mí. Los segundos pasaron y el seguía con lo suyo, haciéndome estremecer con cada respiro. El éxtasis estaba cada vez más cerca.

- Estoy cerca. - Murmuré entre jadeos.

Aidan sopló contra mi clítoris y mis nervios se encendieron, empujándome sobre el borde, para después correrme, gritando al mismo tiempo su nombre.

- ¡Aidan! - Tenía su nombre ahogadamente.

El Sr. Gallagher gruñó contra mi coño y continuó follándome, hasta que me corrí por una segunda vez. Mi cuerpo se estremeció y tembló con placer. Lamió mi coño y mis jugos cubrieron su rostro.

- Aidan. - Sollocé. - Oh, Aidan. -

Lanzó su lengua contra la capucha de mi clítoris y luego habló.

- ¿Te gusta? - Su voz fue brusca, sexy y necesitada. - Pequeña zorra. -

- Joder, sí. - Musité.

Casi estaba sin respiración. Sé inclinó hacia adelante, pero rápidamente lo detuve.

- Quiero chuparte la polla. -

El Sr. Gallagher sé congeló por un momento. Aunque segundos después se levantó y se desató enseguida el cinturón.

Mientras tanto me deslicé del mostrador y coloqué sus manos a un lado para ayudar, tirando así de sus vaqueros una vez abiertos. La boca se me hizo agua cuando su miembro erecto se balanceó libremente, tan pronto como sus pantalones estuvieron abajo.

Dios...

Era tan grande como me lo había imaginado. Ya no podía esperar a tener mis labios alrededor de su polla. Era grande, gruesa, larga, y el glande estaba ligeramente más grande que una ciruela. Lamí mis labios, imaginando su sabor.

Sin dejar pasar otro segundo, lo empujé hacia atrás, haciéndolo quedar sentado sobre el inodoro otra vez.

Caí sobre mis rodillas y no vacilé. Tragué tanto como pude. Chupé con tantas ansias que tembló cuando envolví mi mano alrededor de su polla, masajeando su barra caliente mientras chupaba el glande de su polla, como si mi vida dependiera de ello.

- Oh, ____. - Tomó parte de mi cabello, en un indicio de dolor punzante que se fundió a través de mí. - No sabía que eras tan buena. Anda, chupa mi polla. - Flexionó sus caderas, empujando su excitación más profundamente en mi boca.

Lo liberé con un ruidoso "pop".

- He tenido mucha práctica. - Dije y me dió una mirada llena de sorpresa.

Sus ojos se ampliaron y su boca se abrió ligeramente. Quizás, no creía que yo era sexualmente activa. De hecho, he engañado a muchas personas con mi fachada fría y angelical. No puedo ir por la vida diciendo lo que soy y lo que tanto me gusta.

Tomé su miembro nuevamente en mí boca y lo chupé otra vez. Quería impresionarlo con mis habilidades duramente ganadas.

Pronto empezó a jadear, metiendo ambas manos entre mi cabello. Su respiración jadeante se había reducido a una cadena de cortas arcadas, mientras movía la cabeza de arriba abajo. Masajee sus testículos al mismo tiempo que seguía hundiendo mi boca hasta que la punta de su polla empujó la parte posterior de mi garganta.

Estaba enojada porque no podía tomarlo todo. Era tan largo y grueso que realmente tenía que estirarme para acomodar su alarmante circunferencia.

- Eso es, sigue así. - Murmuró y sus dedos se enterraron con más profundidad, como si le urgiera que yo tomara todo.

El pecho de Aidan se levantó y la expresión de su cara se endureció, como si estuviera tratado duramente de evitar su orgasmo. Y no es para menos, yo tampoco quería que se corriera aún, mo antes de que haya tenido su polla en el interior de mi coño. Profundo, duro. Una y otra vez.

Le dí una última lamida y saqué su miembro de mi boca. Me levanté y me senté a horcajadas sobre él. Debió de haber adivinado que iba a pasar, porque el tiempo y la expresión de querer en su rostro, se volvió a una llena de preocupación.

Las dudas probablemente estaban arrastrándose de nuevo a su mente, así que lo calmé.

- Te quiero... Te he querido por mucho tiempo. Profundo y duro en mi interior. - Hablé. - No quiero irme de casa antes de que te tenga. -

- ¿Irte de casa? - Su voz sonó profunda y ronca.

- Voy a Brown este otoño. - Moví mis caderas, haciéndolo lanzar un gemido desde el interior de su pecho.

Mi coño se contrajó, doliendo por tenerlo en mí.

Su expresión cambió de una atormentada a una llena de compresión, olvidando repentinamente que estaba atrapado en mi baño.

Una brizna de angustia destelló sobre su rostro, pero se recuperó rápidamente, mordiendo su labio inferior cuando menee mis caderas sobre su regazo, y sin que otro momento pasara, aplasté mi boca contra la suya, besándolo nuevamente.

- Te necesito. Fóllame, por favor. - Arquee la espalda y me moví, hasta que pude estrujar los labios de mi vagina sobre sus testículos.

Luego, lentamente avancé a lo largo de su eje duro y venoso, alcanzando la punta de este y llenadolo de mis líquidos.

El Sr. Gallagher siseó en placer, su cabeza cayó hacia atrás y sus ojos se cerraron por unos instantes.

En la vida cotidiana era un hombre tranquilo, calmado, culturizado. Pero en el sexo, era exigente, junto con un toque de suciedad, y honestamente adoraba las charlas lascivas.

Sucio Secreto | Adaptación AG『+16』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora