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____ Baker.

- ¿Qué es esto? - Me preguntó al ver al Sr. Rosa. - ¿Has sido una niña mala? - Arqueó una ceja.

Bien, no solía ser alguien que se avergonzara por utilizar aquel aparato, pero con él era distinto. Tanto, que podía sentir mis mejillas calentarse al instante.

- Estaba sola, y caliente... -

- Hmm. - Murmuró, deslizando su dedo índice en el Sr. Rosa, para después chupar su dedo y probar de mis líquidos. - Adoro tu sabor. - Volvió a hablar con una pequeña sonrisita en el rostro.

- ¿Si? - Inquirí y me recosté, abriendo las piernas para su total disposición. - No me molestaría unas lamidas. - Dije y Aidan lamió ligeramente su labio inferior.

- Más amplio, dame lo que quiero. - Ordenó, para después establecerse entre mis piernas.

Su lengua dió pequeños golpecitos sobre mi feminidad y luego comenzó a comerme el coño. Lo hacía como si fuera el placer más sabroso que alguna vez haya tenido.

Apreté las sábanas entre mis dedos y me retorcí bajo él por el gran placer. Ya había tenido dos orgasmos con el Sr. Rosa esa noche, y fueron muy normales y suficientes como para liberar algo de mi tensión. Pero estos no habían sido como los que me dió el Sr. Gallagher, porque él sabía cómo tomar a una mujer, hasta hacerla balancearse al borde del éxtasis.

Y ahí estaba, cerca del orgasmo, alcanzando y estirándome por él como si fuera a morir si no me corría. Gruñó contra mi vagina y su lengua me folló, lamiendo, dando golpecitos y mordisqueando mi clítoris. Cuando tomó entre sus dientes mi punto más débil una vez más, me corrí sobre su boca enseguida.

Cuando finalmente volví a ser yo, mi mirada chocó contra la suya. Fue entonces, que me di cuenta lo decepcionado que estaba por no haber chorreado por él.

- Necesito de ti. - Le dije en un pequeño murmuro.

- Vamos a intentar con esto. - Empujó al Sr. Rosa en mi coño y lo encendió, sin preámbulos y directo a la parte buena. Aquel vibrador era uno de los caros. No hacía ningún ruido que pudiera revelar a alguien que estuviera teniendo un poco de diversión.

Gemí cuando lo sentí revolotear en mi interior, entregando la sensación pecaminosa que siempre anhelaba. Me retorcí mientras él me follaba con el Sr. Rosa.

El Sr. Gallagher siguió trabajando con el vibrador, hasta que estuviera llena. Jugaba con el interruptor, causando cada vez más vibraciones poderosas que se precipitaban a través de mí. Lo frotaba de una manera que podía sentir otro clímax retumbando hacia mí.

Era tan grande que no sabía cómo amortiguar mi grito. Aidan acarició mi clítoris con su mano libre y me estimuló mientras susurraba con esa voz profunda y sexy que tenía.

- Eso es, cariño. Tómala toda y ruega por la mía. -

- Sr. Gallagher... - Jadee, y sin poder decir algo más, me corrí al instante. Mis jugos salieron y probablemente cubrieron toda su mano. Deslizó hacía fuera el vibrador de mi feminidad y gruñó ante mis jugos cubriendo el juguete. - Quiero su polla dentro de mí, folleme como la última vez. -

Luchó contra su posición y se estableció detrás de mí. Acarició con su boca detrás de mi oreja y levantó mi pierna, haciéndola descansar sobre su cadera, dejándome abierta a él, y en un empujón se enterró dentro de mí, estirándome y llenándome como lo recordaba.

- Ah... Sí. - Gemí.

Me encantaba su polla.

Amaba la manera en que estiraba las paredes apretadas de mi coño. Giré la cabeza, buscando su cara, para capturar sus labios.

No estábamos follando como la última vez. Parecía que él quería ir lento, saboreando el tiempo que teníamos, y eso estaba bien. De hecho, haciéndolo lento, tomándose su tiempo y tentándome a acariciar mis senos, estómago y pellizcándome el clítoris, se las arregló para hacerme correr dos veces más.

El Sr. Gallagher todavía no se había corrido y su aguante me sorprendió, pues su erección aún seguía dura. Segundos después deslizó su polla fuera de mi coño y la reemplazó con un par de dedos, para acariciarme y jugar con mi coño, haciéndolo tan bien y profundo, seguido de un azote en mi coño.

Liberó sus dedos de mi calor y los puso sobre mi culo. Aidan jugó sobre mi agujero inferior, haciendo que una astilla emocionante de lo prohibido corriera a través de mí mientras gemía y levantaba las caderas hacia él, urgiéndolo a seguir.

Amaba ser follada en el culo, era sucio y caliente.

Detuvo todo movimiento y sus labios revolotearon sobre mi oído.

- Dime, linda... ¿Has sido follada en el culo? - Preguntó, riendo tranquilamente.

- Me encanta. - Susurré.

- Oh. - Mantuvo la respiración. - Quiero tu culo. -

- Por favor. - Le pedí.

Sin decir nada, posicionó él glande de su pene en mi agujero posterior y a diferencia de mi coño, el anillo de mi esfinter negó su entrada al principio. Tenía al Sr. Rosa, pero este no encajaba en mi culo y nunca había tenido a un hombre con una polla tan grande, follándome ahí.

El Sr. Gallagher suspiró. Sus dedos recogieron mis jugos y los frotó sobre mi agujero. Fue tan gentil, que me relajé y disfruté de su dulce toque, hasta que deslizó un dedo en mi interior, abriéndome. Luego de un segundo, estirándome un poco, presionó la punta de su miembro contra mi culo, fue ahí que el anillo de mi agujero cedió, dejándolo entrar.

Lentamente se inclinó hacia adelante, centímetro a centímetro, hasta enterrarse por completo en mí. Oh, Dios... No podía creer lo bueno que era. Cuando se movió, follándome en empujes superficiales, mi coño se humedeció.

- ¿Estás bien, cariño? - Su tono fue suave y dulce, pero sobretodo preocupado.

- Estoy bien. De hecho, me encanta. -

- Oh, linda. - Dijo y me besó.

Aquel beso, fue tierno en lugar de la loca pasión que tuvimos antes.

- ¿Puedes follar mi coño también? -

- ¿Dedos? -

- Necesito algo más grande. -

Sí, esa era yo.

Sucio Secreto | Adaptación AG『+16』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora