Capitulo 5

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Los muy tontos olvidaron tomar lo que me hace mas ágil, mi aleta.

Cuando escucho el siseo del hacha apunto de besar mu cuello, golpeo las piernas de uno de ellos y pierde el equilibrio y el hacha se detiene en su espalda, es esos micro segundos de conmoción me suelto de los demás tomo el cuchillo y libero mis manos.

El pequeño cuchillo es suficiente para atravesar la cien del hombre que iba con la intención de matarme.

Me lanzo al agua, y los marinero comienzas a lanzar flechas a diestra y siniestra. No me ven, y eso es una ventaja.

-Ayúdame. No me dejes. Por favor ayúdame- aun desde la superficie escucho los gritos de Gelia.

Debería intentar salvarla, es mi hermana, pero estoy desarmada y en desventaja, no puedo pedir apoyo porque aunque sean muy rápidas será tarde para cuando lleguen, pero... ¿Por qué salvarla?.

Si la salvo estará nuevamente sobre todas nosotras y sobre mi, y será La Guardiana si escapa con vida y con ella el océano estará en una gran perdición les haría un bien a todas si. Si ...

-¡Lexia! Por favor ayúdame no me dejes- ahora sus gritos son tan agudos que los hombres tienen que golpearla para que se calle.

-Cállate perra .-

Saco la cabeza a la superficie y la miro a los ojos, no hace falta ser demasiado lista para saber que Gelia sabe l que estoy apunto de hacer.

-¡Ayúdate tu misma! ¡Te dije que la debilidad era la muerte! ¡le are un favor a tu pútrida vida y al mar!- ya no había nada en su rostro, no había lágrimas, ni odio, ni derrota solamente tenía que aceptar lo que estaba a punto de pasar .

Me sumergí y en el momento en que nadie la veía Gelia demostró ser valiente no grito cuando las lanzas, espadas y flechas atravesaron su cuerpo una y otra vez.

Espere lo suficiente como para asegúrame que ya no había peligro, pero ya no estaba desarmada tenía dos buenos puñales y mis dos látigos.

Investigue el perímetro de 3km a la redonda y no había ninguna señal de los marinos y hasta ahora me doy cuenta que no eran cualquier humano apestoso sino que eran marinos de guerra, entrenados para el combate, por eso fue que ni siquiera sentimos su presencia.

Me acerco a mi pequeña isla a la que era mi paraíso porque estoy segura que lo que veré dentro de poco no será nada paradisiaco.

Me subo a la isla y efectivamente, no es nada bonito lo que veo.

Lo que antes era la hermosa cola rojiza de Gelia esta desollada dejando ver ese color rojo casi llegando a negro, su hermoso abdomen blanco sin ninguna cicatriz ahora solo parece un trozo de carne con muchos agujeros, no puedo siquiera distinguir sus pechos. En realidad , no se puede distinguir nada.

Sus brazos fueron separados de su cuerpo y arrojados por lo que supongo al mar, porque no hay señal de ellos, los tiburones debieron cumplir muy rápido su trabajo.

Pero lo que me deja sin habla es ver la cima de la cueva donde antes estaba parado el capitán, me arrastro con dificultad para llegar a la cima, porque no quiero tocar nada de lo que queda de Gelia, estoy muy acostumbrada a esta pequeña cueva así que con dificultad pero aun así llego rápido ahí y lo que veo no es Gelia.

El cabello de Gelia era de un tono rubio muy suave y abundante pero la cabeza que esta en una pica apenas tienen cabello y es de color rojo aunque aun se pueden ver los parches rubios.

Pero lo que hacia tan característico a Gelia era sus hermosos ojos color violeta los cuales no están en sus cuencas, solo hay dos agujeros en donde antes estaban sus ojos, sus labios, mejillas y orejas han sido atacados por las gaviotas.

No puedo soportarlo mas, esto es demasiado incluso para mi, ni siquiera voy a la parte baja de la isla, solo salto de la punta al mar y nado, nado lo mas rápido posible asta que 5 lanzas me detienen, no puedo hacer frente con ellas.

El cabello azul de Gear es lo que me hace detenerme y saber que esto a llegado a los oídos de Poseidón.

Hit y Salt vigilan la parte trasera. Carega y Lotzas me escoltan, y Gear abre camino, camino para ver a mi padre y afrontar el castigo que me de, que seguramente es . Muerte.

Nos aproximamos a la entrada de la cueva e inmediatamente se ve el resplandor del trono de Poseidón Gear entra y quiere presentar a su presa, yo.

-Padre aquí esta la..- se queda en quieta, siento un fuerza violenta que me manipula y me estrella con potencia en una de las paredes de la cueva, no puedo mover ningún centímetro de mi cuerpo, el impacto contra mi espalda creo que ha roto algunas costillas y no puedo aspirar oxigeno.

Él se levantó de su trono, y se dirigía asía mi son rabia en sus ojos y después su mano en mi garganta.

-Por Zeus ¿Qué demonios pensabas?- dice acercándose mucho a mi rostro y gritándome con vos potente.

Como me a sacado todo el aire de los pulmones solo alcanzo a gemir, mi garganta esta cerrada y cada parte de mi cuerpo cruje de dolor al ver que no contesto el puño de Poseidón acaricia mi rostro y me arroja al otro extremo de la cueva cerca de las guardianas que se han quedado como estatuas en sus posiciones.

Me toma nuevamente por el cuello y me levanta, no alcanzo a ver nada claro. Siento que mi corazón va a una velocidad anormal.

-Sufrirás maldita, como te atreviste a cuestionarme y revelarte de esta manera.- y me estrella contra el fondo de la cueva, definitivamente no puedo hacer nada, no puedo respirar, no puedo pensar, no me imagine que moriría de esta manera.

Me siento libre por unos momentos del peso de Poseidón, intento ver algo pero solo veo negro pero de repente veo una pequeña luz , pero no es la luz que me da la bienvenida al hades, sino que mi padre trae su poderoso tridente, el mismísimo que le dio Zeus para que cuidara los océanos. Al menos moriré privilegiada con semejante arma.

Pone el tridente sobre mí y está a punto de dar el golpe final cuando alguien lo detiene.

-¡Padre detén esta locura!- el hermoso destello azul de Gear hace que Poseidón se detenga. Hace una reverencia pone un brazo al pecho y continua- Padre si te parece bien, permite que tu sierva hable.-

Poseidón duda por un instante pero baja el tridente, a duras penas puedo entender lo que Gear esta intentando hacer.

-¡Habla!- le ordena.

Ella se levanta y lo mira a los ojos - Padre escucha a tu ayudante en este arrebato de cólera. No te pido que le perdones la porque lo que ella a hecho no tiene perdón, pero te pido que no la mates.-

¿Por qué esta arriesgando su vida por mi? Me pregunto. No lo legro comprender.

-¿ Y que propones que haga?-

-Castígala, no con la muerte, claro, sino que como una niña pequeña has que aprenda la lección y asuma las consecuencias de sus actos-

Poseidón se queda pensativo como tratando de averiguar como castigarme.

-Como siempre eres savia hija mi, por eso fuiste elegida para ser mi ayudante y por eso elegí a Gelia porque era tan savia como tú, así que por esta vez, escuchare tu vos.-

Ella toma un suspiro de alivio y retrocede, después siento algo que me levanta y me encierra.

Mi padre tienen nuevamente esa expresión de furia.

-¡Lexia Hija del Mar! Yo Poseidón dios rey y señor de todos los océanos te destierro y te arrebato lo que más quieres, así como tú me arrebataste a Gelia, te quito tu nombre pues no eres digna de él, te quito tu puesto de cazadora y de futura guardiana, te quito tu arpa tu peine y tus látigos, no podrás regresar a las profundidades del mar hasta que sufras mí mismo dolor.

Si al caso utilizas tu nombre o vuelves a ver mi rostro desearas que Cronos te asesine-

Ya no podía respirar me sentía encerrada como en una burbuja mi cuerpo estaba sufriendo colapsos toda yo estaba temblando y no podía respirar, la presión del mar me estaba aplastando.

Después me tomaron de las manos y intentaron sacarme de la cueva y después todo se volvió negro.

Lagrima de Sirena.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora