Me desperté en la misma cama que el primer día, tenía un trapo húmedo en la frente y en una mesa de al lado había un poco de leche junto con un pescado asado con pan.
No sabia si Agatha o Daario estaría en casa o estarían pescando, así que lo0 que hice fue averiguarlo.
-¿Agatha?- pregunte en una vos lo suficientemente fuerte.
La cortina de la puerta se movió pero quien entro no fue Agatha ni Daario, si no que Arleck daba de saltos y ladraba como loco de felicidad se subió a la cama y comenzó a lamerme toda la cara.
-¡Oye! ¡Oye! Quédate quieto- se detuvo pero no se bajó de la cama y me miraba con la gran lengua de fuera.
Me levante de la cama y revise la casa, estaba vacía, en el lavado no estaba Agatha lavando ni en el comedor estaba Daario comiendo, revise el patio y la carreta que Daario ocupaba no estaba, y una de los trajes que Agatha y yo ocupábamos no estaba.
-¿Creo que te han dejado cuidándome no?- pregunte a Arleck que me seguía en cada vuelta que daba por la casa.
Me sentía un poco agotada, me toque la frente y la sentía algo caliente, pero luego recordé la visión de Fotia en la entrada de la casa de Daario, hoy era el día en que conocería a las demás y por el porqué de su misión hacia mí.
-Oye, ¿Quieres venir con migo?- Dije a Arleck que estaba a mi lado, este me miro, y ladro de manera muy contenta.
-Tomare eso como un si- dije acariciando le cabeza.
Al salir de la casa, solamente llevaba una ropa un poco más liviana que la de lana, la daga que Erys me había dado la tenía escondida en el muslo, Arleck me seguía de cerca, y cuando estaba a punto de salir, vi a aquella yegua color beige que tanto problema había dado un día anterior.
Mire a Arleck y me devolvió la mirada parecía que sabía que estaba pensando, así que entre en la casa y encontré un trozo de lana lo suficientemente grueso, e intente hacerle la correa como la llevaba el día anterior, no me quedo igual, pero me parecía suficiente.
Tome un impulso y de un salto me subí a su lomo, ahora me sentía mas alta, podía sentir los músculos de Adara entre mis piernas, acaricie su cuello, yo jamás había montado un caballo.
-Pequeña, Adara, ve tranquila, llévame a la entrada de la ciudad- y como si Adara entendiera lo que dije comenzó a caminar. Arleck caminaba a mi lado, no se quedaba atrás y no se distraía, pasamos por el puerto, y por el puente en que Coral y yo estuvimos la noche pasada, donde me dijo que tuviera cuidado con la cazadora que estaba matando a las guardianas.
No sabia si lo que me decía era verdad, aunque no tenia razones para mentirme, Coral siempre fue la sirena invisible, la que estaba ahí, pero nadie notaba, era la única a la que yo le permitía que me llevara después de una cacería mis cosas a donde descansaba, usualmente mi arpa y mi peine, de los cuales mi padre me quito.
Llegamos al mercado el aroma a podrido y a especias se mesclaba en el aire y era algo asqueroso, ni siquiera a Arleck le gustaba estar ahí.
-Miren quien esta ahí-dijo una vos, acerque mi mano a mi muslo para llegar a la daga lo mas rápido posible.
-¿Que te trae por aquí Lex?- Nestor me saludaba desde su puesto, tenia un hacha en la mano, y estaba lleno de pedazos de pescado-¿De donde conseguiste esa yegua?- pregunto sorprendido.
-Daba una vuelta por aquí, y sobre la yegua, no tiene importancia-
-¿Cómo que no tiene importancia? Es una yegua de guerra, de la mas alta calidad, esos caballos valen por lo menos 200 piezas de oro.-dojo sorprendido.
-Fue un regalo- dije para terminar la conversación, lo cual fue un error.
-Haaa si, escuche que Eryx te quería lanzar sus redes, pobre Daario que decepción- y mientras tomaba su barriga comenzó a reírse a carcajadas, tanto que le costaba respirar.
-Te veo después, si ves a Daario dile que tome un paseo-
- Se lo diré, y sin veo a Eryx también- y siguió riendo.
Llegue a la gran puerta, donde los mismos soldados vigilaban la entrada, pase por la casa en donde entro Eryx el primer día que lo conocí, esa casa tenia un aire descuidado, y olía a enfermedad, seguí caminando y llegue a donde estaba el árbol con papeles, aun llegaba gente a ver los anuncios, pero al contrario de la última ves que pase, no estaba la anciana, pero si los niños y sobre todo el de cara de cerdo.
Arlek había quedado unos metros atrás, y me gire al ver que soltó un gemido, hice que Adara se girara, y como si fuera cosa del destino el Cara de Cerdo, estaba preparado para lanzar otra piedra.
-¡Corre Adara!- sentí como su músculos se tensaron y comenzó a correr a donde estaba Arleck.
Cara de Cerdo a ver que la enorme yegua le caía encima salió corriendo.
-No te detengas, síguelo- Adara siguió el paso, claramente Adara era más veloz que Cara de Cerdo, así que cuando sintió que estaba a punto de aplastarlo, se cayó en un charco donde habían cerdos revolcados en el lodo con excremento.
Adara se detuvo, Arleck esta ves estaba a mi lado.
-¡Oye Cara de Cerdo! ¿Recuerdas la primera ves que me viste? Te dije que te haría comer la porquería de toda la ciudad, pero al parecer tu ciudad son los cerdos, disfruta tu porquería, por cierto, este perro es mío, esta yegua es mía, si les haces daño a alguno de ellos... bueno te lo podrás imaginar, come tu excremento pequeño cerdo.
Adara se giró y escuchamos como los demás niños se reían de Cara de Cerdo incluso los soldados.
Al salir de la ciudad todo era silencio, solamente se escuchaban el cantar de los pájaros y el sonido de los animales, Adara llevaba un paso lento, y Arleck la seguía con gusto.
Pasamos unos 30 minutos caminando a paso lento, hasta que llegamos a la poza en donde tome una baño la última ves.
Al llegar Fotia y Gi estaban en la poza, observando, no se movían, simplemente estaban ahí, mirando, Fotia estaba de pie con los brazos cruzados, mientras que Gi estaba sentada en el suelo con la piernas cruzadas.
Baje de Adara y la amarre a una rama baja Arleck se quedo con ella justo atrás, como si tuviera miedo de hacer algo irrespetuoso delante de las ninfas.
-Acércate Neró esta apunto de llegar- Me acerque a la poza, y me puse entre Gi y Fotia .
De repente al agua de la poza comenzó a moverse a ''burbujear'' como si pareciera que el agua hirviera. Poco a poco el agua comenzó a adquirir forma de mujer, y poco a poco, el agua comenzó a adquirir textura de cabello y piel, y poco a poco vi a una mujer nacer del agua.
Una mujer con el cabello rojo, con marcas de de diversas formas por todo el cuerpo y rostro, tenia los ojos de color verde esmeralda mas intenso que había visto, sus labios era de un color rosado y su nariz pequeña, incluso sus cejas eran de ese rojo intenso como el cabello.
Salio poco a poco del agua, y a sus pechos solo los cubrían dos ojos acuáticas y de la cintura hacia abajo la cubría una especie de falda color perla .
Miro a las ninfas y a mi de manera seria y añadió.
-Aún falta Aéras-
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Lagrima de Sirena.
AdventureLexia es una sirena con gran autoridad en el océano. Pero tienen rivalidad con la mayoría de sus hermanas, hasta que en cierta ocasión comete un error del que se ve castigada siendo desterrada asi el lugar que mas detesta. La tierra . Ahora tendrá...