Una luna inmensa

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La tarde pasó rápido, y mí persona esperaba con ansias un descanso. Anduve corriendo por amor, pensando, charlando y para coronar la situación, obtuve un beso que logró apaciguar la duda.

Anteriormente intenté despedirme de Feng Xin, pero él insistió en que me quedara. Por mí parte no quería molestarlo, pese a eso, él me repitió tantas veces lo mismo, que acepté;Vinimos a su cuarto, el se portaba extraño pero no le presté mucha atención. Después de un rato, a pesar de ser incómodo y vergonzoso, al acostarme, conseguí dormir.

Cuando menos lo esperé, una pequeña abertura en la ventana dejó entrar un poco de viento, abrí los ojos y recordé en qué lugar estaba. Al aceptar, Tal vez no estuve en mí mayor lucidez ya que la somnolencia me ganó, y solo quería estar ahí. Pero la vergüenza me recorrió por entero, rogaba que Feng Xin no viniera; Mí pelo y mí ropa eran un desastre, aunque no quitaba el hecho de que sentía aún más vergüenza al estar en su palacio.

Me levanté de prisa, acomodé un poco mí ropa. Y en cuanto a mí cabello, lo traté de peinar con mis dedos. Caminé rápido, pero hubo un detalle el cual me sorprendió. Volví para corroborar, y si.

¡¿Cómo puede ser que duerma tanto?!

La ventana daba pasó a una luna inmensa junto a muchas estrellas brillantes.

Me apuré a salir, y con mucha cautela ocultar mí presencia. Dí con muchos empleados de ese idiota, claro, cada que veía a uno me dirigía lejos. Caminé y caminé pero...

¿No hay salida? Hace rato me encuentro dando vueltas.

En ese momento pensé:

Estoy perdido.

Frené mi paso para pensar, pero antes de querer darme cuenta unas pisadas sonaron cerca.

—¿Asi que estás aquí?, No tienes una idea de lo preocupado que estaba. ¿Por qué desapareces así? —dijo molesto.

Miré hacia atrás, y está vez no me sorprendí, comenzaba a acostumbrarme.

—Lo siento, estaba avergonzado... —dije a gatas.

—¿De qué?  —preguntó desconcertado.

—De... Mí imprudencia al quedarme.

El se acercó y acarició mi mejilla.

—¿No somos pareja? Puedes quedarte, No tengo ningún problema con eso. —dijo con desgano.

—Lo somos, pero aún no me acostumbro —Expliqué.

Feng Xin tomó mí mano, y guió hasta un cierto lugar un tanto lejos. Era un jardín con luces cálidas, adornaban la noche junto a la luna. Un ambiente tranquilo.

—El pelo suelto, y sin accesorios te queda bien. No entiendo por qué lo atas y decoras —comentó.

—¿Te....agrada si está suelto? —pregunté inseguro mientras tocaba lentamente un mechón.

—Suelto es mejor. —dijo mientras me miraba —Por cierto, ¿Qué opinas sobre las nuevas luces? —.

—Son compatibles con el jardín, y le dá un toque relajante —Sonreí.

—Se acerca el festival del medio otoño... —comentó.

—Si... Falta poco. ¿Qué mentiras habrán inventado esta vez? —dije sarcástico.

—Quien sabe —Hizo una pausa y luego continuó —Este año podríamos cambiar la situación de siempre, ¿Verdad? —.

—¿A qué te refieres? —dije curioso.

—Ya sabes, todos los años te apartas completamente de mí. —dijo nervioso.

Hablaba de eso eh....

—Esta vez no será así —dije despacio.

Corrió viento frío, a lo que intenté calentar mis manos. Feng Xin notó mí movimiento, a lo que preguntó —¿Tienes frío? —.

Antes de que pudiera contestar él se asomó por detrás y me abrazó por la cintura.

—¿Mejor así? —susurró.

Asentí para luego apoyar mí cabeza en su hombro.

—Mejor así —dije satisfecho.

🍁Festival del Medio Otoño🍁Donde viven las historias. Descúbrelo ahora