¿Dónde estás?.

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Me impulsaba la esperanza, mis pasos cada vez se volvian más rápidos, y mis espectativas crecían conforme me acercaba. ¿Podría encontrar la solución de esta manera?, esperaba con ansias que así sea.

Feng Xin, mira lo que lograste, me tienes corriendo hacia ti. Nunca pensé que haría algo como esto.

Corrí lo más rápido que pude.

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Una vez llegué, traté de calmarme. Acababa de correr desde la fuente hasta aquí solo por una solución; El amor da miedo.

Caminé y la sensación de estar más cerca de el me genera nervios. Nunca me sentí de esta manera, lo más parecido fué la atracción que tenía, pero no las ganas de verlo constantemente. Esto comenzaba a preocuparme, ¿Es normal que sienta esto?.

Estamos a tan solo dos pasos.

Toqué la puerta e inmediatamente me abrieron. Al entrar vi a Ling Wen quien estaba escribiendo un papel por vez de montañas del mismo que,  probablemente, median dos metros de alto.

Miré por un lado, por el otro, pero no encontraba mí causa de visita.

¿Dónde se metió ese idiota?.

—Ling Wen, pasó un tiempo de mí última visita — Vacile —Sabes dónde puedo-

—General Xuan Zhen, ¿Está buscando al general Nan Yang?.

¿Cómo supo?.

—Si...

—Se acaba de retirar.

¡¿Enserio?!.

—¿Sabes dónde fué? —dije desconcertado.

—No mencionó nada, o eso creo.

Maldita sea.

—En ese caso, me retiro.

Ling Wen asintió y continúo con lo suyo. Mientras que yo, caminé hasta la salida y ahí decidí dónde lo buscaría primero. Caminé al lugar más probable, o sea, a su palacio.

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Aunque estaba cansado, desconcertado y aburrido, llegué y al poco tiempo me dejaron pasar.

El palacio de Feng Xin es increíblemente grande, más que nada, se caracterizaba por el área de batalla. Un lugar donde conseguía entrenar a unos de los mejores ejercitos, claramente su especialidad. Pero, internamente el palacio estaba muy bien cuidado, esto les sorprendía a algunos, ya que estiman que por centrarse más en la batalla descuidaría este tipo de cosas.

El personal del palacio, me llevó hacia el campo de batalla donde, según ellos, encontraría a Feng Xin.

Observé y si, el se encontraba ahí. Al parecer marcando los movimientos a sus soldados. Por mi parte, esperé a que terminara, pero hubo un acontecimiento que me llamó la atención. ¿Qué hacian mis discípulos escondiendo se, y mirando hacia aquí?. Ellos deberían de estar donde los demás.

Me acerqué hasta ellos por atrás y hablé.

—¿Qué hacen?.

Ellos se sobresaltaron y me miraron con miedo.

—S-s-señor, estamos — vaciló y miró a su compañero — emmm, vinimos a...

El otro no aguantó y dijo la verdad.

—¡Vinimos a ver a los discípulos del general Nang Yang!.

Lo sabía.

🍁Festival del Medio Otoño🍁Donde viven las historias. Descúbrelo ahora