My Bitch|Jeon Jungkook|+18

I

- Si que eres una maldita puta ¿no?
Decía aquél hombre entre gemidos gruesos mientras me embestía en cuatro y tirando de  mi cabello. No miento, me gusta el sexo duro, violento, sumisión total y también el sadomasoquismo pero no he encontrado el maestro indicado para practicarlo.
- Ah~ Ah~... Y si mejor me das más duro? ¡Quiero que me rompas! I-idiota inservible!!-Decía entre gemidos, mirándolo de reojo mientras sonreía con su boca entreabierta para  verme más sensual.

No me molesta que sea reconocida como la "Puta del bajo mundo" ya que desde joven tenía atracción por lo violento y de por si mi personalidad no ayudaba ya que soy bastante ruda y hago lo que deseo sin importar qué o quién. Claro, eso me ha traído bastante problemas, peleas y más con mi familia ya que "no era bien visto" que una mujer sea así y por eso me sacaron a los 16 años de la casa. Así que decidí terminar la preparatoria y al momento de elegir ser abogada,las palabras de mi familia mataban mi cabeza y decidí ser prostituta pero solo de excusa ya que sabía que los abogados no acceden a un buen polvo o a maltratar a alguien por su moralidad, responsabilidades y tantas mierdas que solo me hacen doler la cabeza. Aunque claro, gracias a mi capacidad de pasar desapercibida entre la gente lograba llamar la atención de bandas criminales bastante top pero al mismo tiempo entrenaba para no dejarme joder de absolutamente nadie. Así que entre alianzas con ladrones huyendo de los policías me ganaba la vida para mantenerme ya que también era algo lujosa. Para el mundo "normal" no saben nada de mí porque me encargué de eliminar cualquier rastro e incluso cambié mi apariencia para poder caminar en las calles desapercibida. Ya después de contar mi patético pasado, ahora sí viene lo chido.... Y debo decir que me gastaré todo en un sex shop.

Después de haber sido "follada" porque ese hombre podría tenerla grande pero no sabía usarla pierde su ventaja, en fin... Decidí caminar un poco hasta que ví una noticia que pasaban por televisión de un chico muy buscado por aquí. Cabello negro, alto y con una voz tan grande que podría estar de rodillas de solo escuchar una palabra. Sin pensarlo dos veces, corrí a casa para buscar más de aquel villano en internet.

- Mmm se llama Jungkook y ¿participa en comprar y vender drogas y armas? Pero.... D-dios este hombre da un aura bastante violenta y cruda, muy de mi tipo- dije viendo cada foto que esa página podría brindarme y si, me excité demasiado con el simple hecho de imaginar escuchando su voz insultándome, con sus grandes manos azotando mi culo, ahorcandome, con su boca mordiendo toda mi piel hasta dejar grandes hematomas. Así que decidí que sería buena hora de buscar una vacante en aquella liga y probar haber si Jungkook era ese hombre que cumpliría todas mis crudas fantasías sexuales.

•. •. •. •. •. •. •. •. •. •. •. •. •. •. •. •. •. •. •. •.

Después de varios días logrando descubrir cuál era su base, me coloqué mi traje y salí llegando al sitio. Al entrar, recibí la mirada de todos los presentes pero la mía se centró en la de Jungkook mientras este bebía de su copa sin querer saber de lo que le rodeaba, me senté en la barra a unos tres asientos de distancia y pedí un trago algo fuerte mientras descaradamente coqueteaba con el bartender.

- Hey, Jungkook... ¿Esa no es la chica que quería Namjoon para la liga? Pero aún así… Sabes que a ella se le conoce como la "Puta del bajo mundo" por sus gustos.... O más bien fetiches raros Dicen un bello pero peligroso chico de cabello rubio, Park Jimin. Sentándose al lado de jungkook mientras me detallaba con la mirada. Jungkook, por su parte, le hace una señal con su cabeza a Jimin para que siguiera hablando.

- Oh... Se dice que le gusta el sadomasoquismo, la violencia y todo lo duro durante el sexo. Pero lo más loco, es que todos los hombres que se dice divertida mientras reía y ve curiosa tanto a mí como a Jungkook

- Mmm veamos quién es el que desaparece primero.-Dice el chico de cabello negro bastante serio volteando a verme y justamente correspondí a su mirada con una sonrisa levantando mi copa en señal de brindis.