Phasmophobia

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   Basado en los paranormal vlog de la YouTuber Nekane Flishflisher.

Parte Dos: Recuerdos.

Daniela

   Siempre, desde que tengo uso de memoria, he sido diferente. Más allá de lo normal, me refiero.
   Mi madre siempre me ha dicho, al respecto, que se debe a que nací con un don, un don que siempre se ha heredado entre las mujeres de la familia.
   Básicamente soy altamente sensitiva, soy sensible a..., bueno, cosas que la gente normal no puede ver. 

   Mi infancia la recuerdo viendo sombras, sombras que van de un lado a otro. O personas que mis amigos no podían ver, aunque pocas veces las he podido tan nítidamente, pues no es algo que pase tan frecuentemente. Mis recuerdos están plagados de sonidos de pasos, susurros, movimientos de objetos, y tantas cosas... Pero, incluso así, no recuerdo pasar una mala infancia. 
   
   Otra cosa con la que crecí familiarizándome fue con algunas tradiciones familiares, crecí viendo los usos medicinales de algunas hierbas, aceites, piedras. 

   Sin embargo... si bien, mi infancia no ha sido mala, y siempre he visto todo esto con ojos curiosos, mi paso a la adolescencia fue de lo peor. 

   Nunca tuve una mala relación con mi padre, o al menos hasta que cumplí los 13 años. Sin embargo, mis abuelos paternos jamás han visto con buenos ojos a la parte materna de mi familia. Pero yo no era consciente de ello. Yo, para aquel entonces, estaba más interesada en el mundo que me rodeaba, ese mundo que sólo mi madre y mi abuela materna podían ver.

   — ¿Y cómo son tus abuelos? ¿Hacen muñecos vudú y esas cosas? — me preguntó una vez Hanibal, mi abuelo paterno.

   Yo, por otra parte, inocentemente, respondía y corregía sus dudas. Sin ser conocedora del palpable sarcasmo en su voz.

   — No, no — recuerdo responder con una sonrisa, feliz de saber que mi abuelo se interesara en ese mundo también —. Mi abuela hace algunos rituales de limpieza.

   — ¿Cómo? Supongo que agarra la escoba y se pone a barrer — recuerdo que se rió, burlón, y si bien el chiste no me había causado gracia como tal, yo sólo sonreí, incómoda, y negué.

   — No. Me acuerdo de uno. Tomas un huevo, lo frotas por tu cuerpo haciendo círculos, y al cascarle miras si tiene manchas rojas o negras, o si tiene picos o una textura algodonosa. Es para limpiar tu energía.

   Mi hermano, que es tres años mayor que yo, estaba comiendo frente a mí. Recuerdo que estaba callado, apenas se metió en esa conversación. Parecía querer pasar desapercibido, pues, cuando lo vi, recuerdo que él nos miraba a mi abuelo y a mí. Y no parecía de buen humor, como si el aura alrededor de él se hubiese puesto más pesada. 
   En aquel momento no le entendí, pues en ese entonces yo tenía 12 años, y no sabía de la tensión que mi abuelo paterno y mi familia materna vivían en aquel entonces. A diferencia de mi hermano.

   — Daniela.

   También recuerdo esa tarde. Mis abuelos maternos vivían en el campo, y tenían un terreno grande, era hermoso. La mitad del terreno parecía un bosque, lleno de árboles, los cuales varios de ellos daban sabrosos frutos que yo adoraba comer. Y si bien, la otra parte tenía árboles, estaba más destinado a los huertos donde tenían algunos frutos, pero gran variedad de verduras y flores de adorno. 

   Y mi hermano me halló sentada bajo un árbol de damasco, frente a una pequeña mesa de metal algo oxidada.

   — ¿Qué pasa, Sam?

   Recuerdo que suspiró, y se sentó frente a mí. Se quedó callado unos momentos, como pensando cómo decirme, y tras varios segundos en silencio, me lo dice.

One-shots (ShikamaruxOc)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora