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Capítulo 2.

Los siguientes tres días los pasa encerrado en su casa, no le abre a nadie cuando la puerta suena y tampoco le interesa saber quien es. No come bien, casi no duerme y apenas existe.

Todos los que eran sus amigos han corrido a verlo, pero Stiles se ha encargado de que sepan lo mucho que desea verlos.

"Lárgate Malia, no quiero ver a nadie" Le dijo al coyote que rasgaba su puerta cada mañana.

"No me interesa Lydia, quiero estar solo" La pelirroja se sorprendió al recibir esa respuesta cuando fue a decirle a que ya estaba bien y que había salido de Eichen House.

"Vete Liam, déjame en paz" El beta parecía literalmente un cachorro con el rabo entre las patitas cuando fue a verlo, pero eso definitivamente no enterneció a Stiles.

"Muérete Scott" Dijo Stiles cada vez que el alfa llegaba a molestarlo.

No le sorprendió en nada al castaño cuando al cuarto día lo contactó un abogado, sabe lo que viene así que simplemente va a la oficina al final del día escolar con el Sheriff Parrish escoltandolo y escucha atentamente todo lo que ha heredado.

La casa es suya y legalmente podrá acceder a las cuentas de ahorro de su padre hasta que tenga los dieciocho, en un par de meses aún. Así que, ¿qué es lo que tiene al final de la semana? Una casa vacía, dinero al que aún no puede acceder, ningún amigo, ningún familiar y tres kilos menos de peso. Bueno, y a Jordan Parrish que se encarga de dejarle tres comidas bien balanceadas en la mesa cada día y asegurarse de estar junto a él hasta que logra dormirse.

...

Al regresar a casa el siguiente viernes, Stiles está agotado física, mental y emocionalmente, no disfruta los macarrones con pollo asado que Jordan le dejó ese día para la comida, no se concentra lo suficiente así que deja la tarea de lado, no hay ningún canal entretenido así que apaga el televisor, prefiere apagar su teléfono porque no dejan de llegar mensajes de Lydia y Scott.

Stiles piensa que sería mejor tomar una siesta, justo cuando se acomoda en el sofa tocan la puerta, es Scott disculpándose otra vez, rogando de nuevo, pero ya es tarde.

-¡Stiles!- grita el lobo a punto de tirar su puerta.

Hirviendo en furia, Stiles toma el arma de su padre, la que no era de servicio y que le enseñó a disparar hace uno par de años, abre la puerta y apunta directamente a la frente de su ex amigo.

-Podrás sanar muy rápido, pero dudo que te levantes si vacío el cargador en tu maldita cabezota.- le dice Stiles con la voz dura y sin temblar ni un milímetro.

-Stiles, amigo. Sé que me equivoqué, sé por lo que estas pasando...

-No tienes ni idea de lo que siento o de lo que me pasa.- interrumpió el castaño escupiendo cada palabra con todo el odio que sentía.- Por tu culpa, ya no tengo a mi padre, el hombre que te quería a ti como a un hijo. No lo habrás matado con tus propias manos, pero ambos sabemos que murió debido a ti. Ahora, vete antes de que me arrepienta de no disparate hasta matarte.

-Stiles, escúchate. No eres tu quien dice esas cosas, ese no es mi amigo.- la voz de Scott temblaba de la desesperación que sentía.

-Si pues, el Stiles ingenuo que era tu amigo está enterrado junto a su padre.- dijo Stiles sin bajar el arma.- Lárgate.

-Stiles...

-¡LÁRGATE!- Stiles apretó el gatillo mientras cerraba los ojos con el grito. La bala pasó por un lado de Scott y pegó en uno de los árboles más cercanos a la casa. -La siguiente te prometo que te doy en la frente.- amenazó el castaño dando un paso adelante con la mira del arma perfectamente alineada con la frente del alfa. -Tienes cinco segundos.

-Stiles...

-Uno.

Scott se marchó antes de llegar a tres lo que relajó a Stiles quien con un suspiro entró a su casa, sentía una fuerte presión en el pecho, pero no era un ataque de ansiedad, solo el dolor de perder a su amigo.

Dejó el arma en la mesa de la sala y tomó sus llaves saliendo rápidamente hasta su coche, no quería llorar así que no lo haría, condujo hasta el bar más alejado de la estación de policía porque no quería que Parrish lo viera merodeando.

Al entrar al bar supo que no le preguntarían su edad y tampoco le pedirían la identificación, se sentó en la barra y ordenó una cerveza, esta se acabó muy rápido y ordenó otra, de esa siguió otra, y luego una más, le sorprendió lo poco que duraban y el buen sabor que tenían. Para la media noche Stiles no distinguía bien las caras de sus acompañantes pero sabía que un rubio de ojos verdes y muy amable lo estaba cargando en brazos.

...

Stiles despertó con el ruido de una puerta cerrándose. Se enderezó en un parpadeo sobre la cama, no traía camisa y pantalón tampoco, pero sus calcetines y calzoncillos estaban en su lugar, en la habitación había una cama contigua y mucha ropa en el suelo, pudo ver sus jeans y su zapatos cerca pero no su camisa, no traía su teléfono pero lo más insólito es que había pertenencias que no eran de él. No la computadora de la mesa, no las dos maletas abiertas cerca del ropero.

Asustado se levantó, ignorando el mareo y el dolor de cabeza, se metió dentro de sus jeans a la vez que intentaba poner cada teni en sus pies. Seguía buscando su camisa cuando la puerta volvió a abrirse dejándolo helado en su lugar.

-Veo que despertaste. ¿Estás mejor?- Stiles no sabía quien demonios había entrado pero era guapísimo, más alto que él, rubio, pecoso, de labios pomposos y ojos verdes que escudriñaban su pálido torso descubierto. -Definitivamente te ves bien, pero si te siente mal...

-Debo irme.- interrumpió Stiles caminando dignamente hasta la puerta, la cuál fue bloqueada por un musculoso brazo.

-Al menos despídete bien, Stiles.- se rio el hombre rubio. El castaño intentó con todas sus fuerzas no hacer caso a la familiaridad con la que el extraño dijo su nombre pero el tono había sido hasta pícaro y ahora deseaba saber que tanto había compartido con él fabuloso espécimen masculino frente a él.

-No te conozco, así que muévete para que pueda irme.- dijo Stiles con toda la seriedad que pudo y sin mirar al sujeto frente a él.

-No voy a ofenderme porque anoche estabas muy tomado. Soy Dean, de nuevo.- respondió el rubio sonriendo más cuando Stiles enrojecio sin razón aparente. -Te ves muy lindo recién despertado.

El castaño chilló y empujó al tipo lejos de la puerta. Afuera, el sol le calo en los ojos.

-¿Eres consciente de que no llevas camisa?- le preguntó Dean sin apartar la sonrisa de sus labios. Stiles se irritó, qué diablos le pasaba a ese tipo que sonreía por todo.

-Déjame en paz.- pidió tratando de cubrir su desnudez. Stiles se dio cuenta de que estaban en el popular hotel a las afueras de Beacon, tanteo sus bolsillos buscando las llaves del jeep cuando lo vio pasar en una grúa. -¿Qué rayos?

Estaba a punto de gritarle al conductor de la grúa para que regresara su jeep pero el pitido de una patrulla le puso la piel de gallina.

-Creo que estas en problemas.- se burló la voz del rubio a su espalda.

Stiles lo encaró y antes de que el mentado Dean pudiera hacer otro comentario listo le dió una fuerte patada para después salir corriendo a la patrulla de Parrish.

-Puedo explicarlo.- dijo el castaño apenas entró al vehículo.

-Más te vale hacerlo.- gruñó Jordan arrancando a toda velocidad.

Stiles supo entonces que estaba en serios problemas.

Genial.


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Hello Boys - Stean TW/SPNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora