XIV

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El resto del día luego de que Senkuu y los demás habían vuelto, Gen no se movió de su lado ni para lo más mínimo. Y Senkuu tampoco querría haberlo hecho. No lo admitía a viva voz, pero había extrañado a Gen tanto como él lo hizo.

Además que no quería perderse de ningún movimiento que los cachorros hicieran.

Luego de que todos los tripulantes pusieran pie sobre tierra firme, fueron de manera casi inmediata a hacer una reunión (casi improvisada la verdad) para contarles a todos lo sucedido en la Isla del Tesoro y los nuevos descubrimientos que habían hecho.

Senkuu no había querido entrar en demasiado detalle sobre los peligros que habían enfrentado (sobre todo con la batalla final contra Ibara) para no preocupar a Gen, es por ello que les había pedido a todos que no hicieran algún comentario frente a él que pudiera despertar su interés (hasta que él sienta que es el momento de decirle). Pero la mirada intensa que estaba recibiendo por parte de Gen le daba a entender que sabía que algo le ocultaba, porque claro, ambos se conocían como la palma de su mano. Además, era difícil no darse cuenta que las marcas de petrificación de todos habían desaparecido por completo.

—¡Conseguímos el aparato petrificador!—exclamó Chrome, con un artefacto entre sus dedos, casi del mismo tamaño que su mano.

Todos lanzaron una exclamación sorprendida.

—¿Y entonces? ¿Qué será lo próximo por hacer?—preguntó Gen, casi ansioso.

Senkuu le miró mostrando una gran sonrisa.

—¡Invadir la luna!

Todos se quedaron un momento en silencio, intentando procesar lo que recién había dicho. Aunque ya conocían a Senkuu y sabían que debían esperar cualquier cosa de él, aun habían momentos en los que de su boca salían cosas completamente inesperadas.

Senkuu prosiguió a hablar sobre unos cuántos detalles más de la próxima misión que harían, prometiendo que en unos cuántos días les diría con mayor detenimiento, pero que por el momento debía encargarles a Yuzuriha y Kaseki un artefacto que le ayudaría a que los que no fueran del mundo moderno a comprender mejor sobre lo que estaba hablando.

Por el momento y como recién habían llegado, se irían a descansar, después de todo, el viaje había sido por mucho estresante y agotador.

Sin demora, Senkuu y Gen se habían ido a su pequeña choza. Ambos se recostaron en el futón y se mantuvieron uno junto al otro, sin querer decir demasiado.

Gen quería preguntar, claro que sí, pero más que nada por curiosidad, porque el saber que Senkuu había regresado sano y salvo era suficiente para que todo lo demás dejara de importar. Aunque claro, la preocupación no había desaparecido del todo, puesto que la ansiedad le había pasado la cuenta estas casi dos semanas.

—Senkuu-chan—le llamó con voz suave, apreciando los delicados movimientos que Senkuu hacía en su cabello.

—¿Mm?

—¿Realmente estás bien?

Senkuu asintió.

—Pasaron... muchas cosas—dijo—Pero estoy bien. He vuelto bien.

Gen se tomó un momento antes de volver a abrir la boca.

—Pero fue difícil ¿no?

El alfa volvió a asentir.

—Quiero que me cuentes.

—Ambos sabemos que no puedo ocultarte nada—soltó Senkuu, con una media sonrisa.

—Es mutuo—respondió Gen.

—No lo estaba intentando, de todas formas. Solo estaba esperando que estuviéramos tranquilos.

Lavanda con menta - SenGen AU!Omegaverse (Dr. Stone)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora