Lavanda con menta - SenGen AU!Omegaverse (Dr. Stone)

XV

Entre la creación de algunos artefactos que les serían de ayuda en la aventura, ropa y comida suficiente para el viaje (hasta que puedan asentarse en tierra firme y poder preparar nueva comida) les había tomado tres semanas a todos estar realmente preparados para el viaje hacia Estados Unidos.

Junto con ello, la panza de Gen seguía creciendo y los cachorros comenzaban a estar cada vez más presentes en su día a día. Por la mañana, cuando despertaban para ir a desayunar, se activaban de tal manera que para Gen era casi imposible hacer las cosas sin notarlos o tener que parar en algún momento porque pasaron a golpear algún lugar dentro de él. Y ni hablar de cuando comía algo, allí de plano se volvían dos torbellinos que estarían moviéndose por lo menos la próxima media hora. Senkuu le había dicho que eso sucedía por estar recibiendo comida y Gen ya en ese punto no sabía si sus retoños se ponían de esa manera por consumir glucosa, como es natural al comer, o porque de plano amaban la comida.

Fuera lo que fuera, no podía enojarse con ellos. De alguna manera, amaba sentirlos en su interior, aunque a veces le quitaran el oxígeno o tuviera ciertas fugas de las que tuvo que comenzar a acostumbrarse y aprender a evitarlas. 

Por otro lado, Yuzuriha se había encargado de hacerle casi un ropero completo con trajes que podía necesitar. En un principio pensó que Senkuu se lo había pedido, pero luego se enteró que ella y Ukyo lo habían querido hacer pensando en el bienestar de él y los cachorros. Así que realmente tenía cubierto hasta el noveno mes en cuanto a medidas suyas, teniendo en mente el crecimiento de su panza, y ropa para los recién nacidos, además de mantas y otras cosas también necesarias.

Todas esas cosas, llenaban lo que iba a ser su recámara y de Senkuu (y próximamente, de sus bebés). Es por ello que el científico y los demás chicos encargados de la modificación del Perseo habían acondicionado el lugar para que fuera lo suficientemente cómodo para los cuatros, pensando que ese lugar sería su próximo hogar por los próximos meses, quizás años.

Francoise, por su parte, además de preocuparse de llenar toda la despensa con alimentos no perecibles para todos los tripulantes, también tuvo que ingeniárselas para poder tener comida que Gen fuera a necesitar, sobre todo alimentos que no fueran tan pesados para su estómago y le dieran los nutrientes suficientes. Después de todo, estarían por lo menos un mes en alta mar, y para él, que estaba embarazado y aún con náuseas ocasionales, el movimiento del barco podía perjudicarlo y hacerlo sentir mucho peor.

Por supuesto, las infusiones iban a jugar un papel importante en eso, así que no podía dejarlas en el olvido.

Con todo eso ya listo, los chicos que irían en la travesía se despidieron de los que se quedarían en la aldea.

Y cuando Gen ya estaba en su sexto mes con una semana de gestación, partieron con rumbo a Estados Unidos.

—¿Cómo te has sentido, Gen?—Ukyo, como siempre, había sido el que más se había preocupado por su bienestar en el viaje (después de Senkuu, claro).

Habían pasado solo unos tres días desde que zarparon y hasta ahora, Gen no había sentido gran molestia (más allá de unos leves mareos cuando el mar hacía unos movimientos un poco extraños).

—Hasta ahora no ha sido tan malo—respondió él, acariciando su panza—Las infusiones y la comida de Francoise-chan han funcionado bien—le sonrió.

—Me alegro—respondió—Hay que estar preparados de todas formas, la mar a veces suele ser engañosa.

Gen soltó un suspiro.

—Lo sé. Pero realmente espero que esto se mantenga así de tranquilo.

Ukyo asintió con la cabeza. Él también lo esperaba, no quería vivir situaciones demasiado estresantes cuando estaban así de vulnerables.