XI

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Gen lanzó un largo bostezo, mientras cerraba los ojos y mantenía apoyado el mentón contra la mesa, donde Francoise estaba colocando los alimentos que había preparado con anticipación para desayunar.

—Muero por una rebanada de pan con mantequilla—lloriqueó.

En esos momentos estaba ya pasando por su semana quince de gestación. Las naúseas habían disminuido ya casi por completo y en reemplazo a ellas, los antojos por distintos alimentos habían aumentado.

No podía evitar recordar ciertos alimentos del mundo moderno que podían ser tan cotidianos y fáciles de conseguir a comparación de este mundo de piedra. Era un poco frustrante, tomando en cuenta que ya tenían mucho trabajo que hacer como para preocuparse de cumplir además con sus caprichos.

Pero anhelaba tanto, tanto, tanto un poco de mantequilla.

—Gen—Francoise le llamó una vez estuvo frente a él. Abrió los ojos y vio cómo colocaba lo que parecía ser un frasco de vidrio con una cosa de color amarilla dentro justo enfrente suyo.

Sus ojos se abrieron desmesurados y su boca se hizo agua.

—¿Es lo que creo que es?—preguntó emocionado y sentándose de mejor manera sobre el asiento.

Francoise le sonrió y asintió.

—Hace poco dijiste que querías comer, pero no había tenido tiempo de hacer—explicó—No es complicado, pero sí toma tiempo.

Gen quiso llorar.

—¡Eres excepcional, Francoise–chan!—exclamó, tomando una rebanada de pan que anteriormente había sido colocada en la mesa y con la ayuda de un cuchillo, huntarle un poco de aquel delicioso manjar que tanto había anhelado.

Gen soltó un gemido de satisfacción.

—Buenos días—se escuchó luego la voz cansada de Senkuu, llegando hasta ellos y tomando asiento junto a Gen.

—Buenos días, Senkuu—le respondió Francoise—¿Qué vas a querer?

—Solo un té de menta.

—¡Senkuu–chan!—le llamó el omega luciendo visiblemente emocionado—Francoise hizo mantequilla. ¡Está deliciosa, prueba!

—¡¿Eh?! ¡No, espe...!—pero aunque quiso negarse, Gen le dio un trozo de pan en la boca, acallándolo.

Sintió como la bilis subió a su garganta a la vez que rostro se descomponía en una mueca desagradable y antes que Gen pudiera decirle algo, se colocó de pie corriendo en dirección al bosque mientras con una mano tapaba su boca.

—¡¿Senkuu–chan?!

Pero Senkuu simplemente corrió sin detenerse, hasta perderse entre los árboles.

—¿Qué sucedió?—Ukyo, quien venía justamente acercándose a la mesa y contempló la escena, habló.

—Buenos días, Ukyo–chan—saludó Gen—No lo sé. Comió un poco de mantequilla y salió disparado.

Ukyo al escucharlo, soltó una pequeña risa.

—Tal parece que le contagiaste tus náuseas matutinas—dijo, sentándose frente a él al otro lado de la mesa.

—¿Es posible?

Ukyo asintió.

—Cuando el lazo entre omega y alfa es muy fuerte, comienzan a compartir síntomas—explicó—En el embarazo también.

Gen se mostró sorprendido, comiendo otro trozo de pan con mantequilla.

—Ya veo.

Siguieron conversando un par de minutos sobre distintos temas hasta que Senkuu volvió a aparecer por donde se había ido, luciendo unos tonos más pálido de lo normal y con círculos oscuros bajo los ojos.

Tomó asiento junto a Gen y Francoise le entregó la infusión de menta que anteriormente le había pedido.

—¿Cómo estás, Senkuu–chan?

—Horrible—dijo—¿Cómo soportaste esto? Siento morir.

Gen soltó una risa enternecido.

—Las comidas de Francoise–chan ayudaron mucho.

—Y las infusiones—recordó Ukyo, tomando de su propia taza.

—Aunque es más fácil decirlo.

Senkuu bebió de su infusión, sintiéndose rápidamente un poco mejor. Detestaba que su olfato comenzara a sentirse sensible y todo lo produciera naúseas y un impulso de descargar todo de su estómago. ¿Cómo iba a trabajar así?

—¡Buenos días a todos!—saludó enérgico Ryusui, apareciendo junto a Suika montada en su hombro—¡Francoise! ¿Tienes mi mermelada?

—Por supuesto—respondió, llevándola en la mesa.

Ryusui se mostró visiblemente satisfecho y tomó asiento, acomodando a Suika a su lado. Abrió el frasco y el aroma a duraznos se hizo sentir.

—Que bien huele—comentó Ukyo.

—¡Se ve deliciosa, Francoise–chan!

—Oh no...

Senkuu sintió nuevamente que el contenido de su estómago subía hasta su garganta y tal como hace unos instantes atrás, salió disparado nuevamente hacia los árboles, dejando a los recién llegados confundidos por su reacción.

—Serán unos días difíciles.

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¡Buenas tengan todos!

¿Cómo han estado? Espero que bien.

Me disculpo por la demora en actualizar. Bien había comentado que en octubre no lo haría por el Doctober Stone. Pues bien, tuve estos dos meses bien difíciles en cuanto a mi vida personal y decidí tomarme un pequeño descanso en noviembre. De hecho, no alcancé a terminar los últimos prompts del mes, pero me pondré al día con eso.

Me disculpo por ello. Las actualizaciones ya comenzarán a ser regulares tal y como lo eran.

Por otro lado, vi que la historia subió bastante en lecturas y eso me sorprendió agradablemente. Muchas gracias por leerme, votar y comentar. Les adoro a todes♡

Ahora respecto al capítulo; ¿sabían ustedes que hacer mantequilla casera es bastante simple? Solo necesitan hervir leche de vaca, sacar la nata (la capa que se forma sobre la leche) y aquella lavarla con agua mientras se va amasando. Así, comenzará a endurecerse poco a poco. Pueden agregarle sal a gusto. Y luego dejarla reposar en el refrigerador.

Hoy aprendieron a hacer mantequilla jaja.

En fin. Gracias si leyeron hasta acá. Nos vemos dentro de poco.

¡Saludos!☆

Lavanda con menta - SenGen AU!Omegaverse (Dr. Stone)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora