CAPITULO 2

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Taehyung tragó a pesar de las lágrimas atascadas en su garganta cuando condujo por la entrada del rancho Kim. Era bueno estar en casa. Había echado de menos el rancho más de lo que había pensado cuando se fue hace tres años. Había echado de menos a la gente que vivía allí incluso más.

En los últimos dos años, Taehyung había estado alrededor del mundo. Había visto cosas que nunca olvidaría, las pirámides de Egipto, Stonehenge, la Torre Eiffel. Incluso había visto las ruinas de Machu Picchu en Perú. Pero nada se veía tan bien como las casas que estaban acurrucadas juntas mientras conducía por la entrada a través de la ligera nieve cubriendo el suelo.

Sonrió cuando vio la puerta principal abierta antes incluso de parar su coche alquilado. La multitud que estaba apilada en la entrada de la casa era enorme para los estándares de la mayoría de la gente. Para Taehyung, representaba algo especial.

—Estamos en casa cariño.

Taehyung apagó el coche y salió, cerrando su puerta y yendo al asiento trasero antes de incluso saludar a la gente que lo esperaba. Abrió la puerta trasera y sonrió, inclinándose para desabrochar el cinturón de su sorpresa.

Taehyung había llamado y dicho que volvía a casa. Le dijo a Ma que llevaría a casa a su familia, pero no había especificado. Quería que fuera una sorpresa. Por el suave jadeo que escuchó cuando alzó a la pequeña bebé fuera del asiento trasero, había alcanzado su meta.

—¿Estás preparada para conocer a tus abuelos? —preguntó mientras metía una manta alrededor de la bebé en sus brazos. Alzó la mirada notando las miradas sorprendidas en los rostros de todos. —Seguro que parecen como si estuvieran preparados para conocerte.

Taehyung llevó a la bebé a su pecho para mantenerla protegida del frío, luego lentamente subió hacia la familia que lo esperaba. Paró en la parte baja de los escalones y alzó la mirada.

—Maldición, es bueno verlos.

—Taehyung, ¡vigila tu boca! —riñó Ma incluso antes de levantarse de puntillas e intentar mirar el bulto en los brazos de Taehyung.

—Sí ma. —Taehyung sonrió. Dios, había echado de menos esa voz, incluso cuando estaba en problemas. Nunca nadie lo había amado como Kim Jisoo.

Alzó a la bebé sólo un poco, pero no lo suficiente para despertarla. —Hey Ma, te he traído algo del otro lado del mar.

Taehyung observó los ojos de Ma inundándose cuando tomó el pequeño bulto de sus brazos. Una sonrisa cruzó sus labios mientras suavemente apartaba la manta para revelar una descarada carita.

—Oh Taehyung, es encantadora.

Taehyung sonrió, sintiendo que sus propias lágrimas se reunían en las esquinas de sus ojos. Después de todo por lo que había pasado, todos los horrores que había visto, era bueno finalmente ver a su hija en brazos de su madre. Y Kim Jisoo era su madre para él. No le importaba que fuera adoptado por la familia Kim a la tierna edad de veintidós. Eran su familia.

—Ma me gustaría que conocieras a tu nieta, Kim Jisoo.

La cabeza de Ma se levantó mientras su boca se abría.
—¿La llamaste así por mí?

—No podía pensar en otra persona para ponerle un nombre más que en ti Ma. —Taehyung rio nerviosamente mientras esperaba a ver cuál sería su reacción. —Podría tener mucho que honrar por su nombre, pero creo que lo hará.

Ma soltó un pequeño gemido, le pasó el bebé a Pa, y alcanzó a Taehyung.
—Gracias hijo.

Taehyung cerró sus ojos y se empapó de la dulce esencia de Ma. Era un olor que asociaba con el hogar. Y había pasado tanto tiempo desde que sintiera que tenía un lugar al que llamar hogar. Sin importar dónde estaba, nada se sentía como el hogar más que el rancho Kim.

LA FAMILIA (Libro V)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora